Cuando a Draco le dijeron que había diferentes tipos de humanos, jamás imaginó que habría este tipo de humanos "mágicos" que se mantenían entre los normales. El mundo mortal sin duda alguna le sorprendía demasiado, tenía entendido que Merlin (un Dios honorable de miles de años) había enseñado a un par de humanos a cultivar la magia, de ellos venían esta clase de gente que solo sabía usar el 8% de la magia. A diferencia de un Dios.
Pero el no sabía cómo carajos iba a sobrevivir ahí, si sus padres escucharán sus pensamientos, lo estarían mandado a reclusión por meses.
Debía ser un Dios de los humanos magos, o quizás de ambos lados. El iba por algo grande.
El pueblo de Gryffindor era una aldea grande donde se podía caminar por ella un día entero para darle la vuelta completa. Todos los ciudadanos no tenían un rey pues habían aprendido a dejar atrás aquellos tiempos y mejor decidían quién sería su gobernante por algunos años, antes de escoger otro, además su logo era un león y siempre se vestían con algo rojo que caracterizaba la valentía de un digno Gryffindiano o como se hicieran llamar.
Gryffindor estaba mezclado con humanos con magia (que solo era el 8% aprendida de Merlin) y humanos normales. Pero ante los ojos de todos, eso era normal, estar mezclados era normal para todos.
Al contrario, quién poseyera magia, sería más alabado porque en esos magos y brujas encargaban la seguridad. Cualquiera que tuviera magia, debía pertenecer a ser un soldado para cuidar de la aldea y sus habitantes. En cierta manera, era triste pensar que alguien crecía con talentos y era aventado a la guerra.
Solo llevaba dos días en aquel territorio, y solo podía pensar en una cosa: necesitaba un lugar para quedarse.
Pero no quería quedarse en la aldea.
Pasó otros dos días vagando a los alrededores, mirando fantasmas, demonios, seres mitológicos y rastros de magia alrededor. Pero ninguno se atrevió a acercarse después de darse cuenta que era un Dios que había bajado a hacerse un nombre, aunque sus poderes estuviesen reducidos al cincuenta por ciento, lo que quedaba de él podía regresarlos a su antigua vida. Así que solo evitaban a Draco, otros preferían no hacer mucho.
Fue hasta que entre el bosque encontró una cabaña abandonada que lucía estar ahí durante muchos años, a diferencia de las demás cabañas que había visto muy atrás, está era de piedra gruesa y negra que se alzaba imponente. Casi teniendo una advertencia de que estaba prohibido acercarse o el alma de los curiosos iba a quedar ahí atrapada. Entonces el sonrió de lado, nadie se atrevería entrar en esos aposentos sin necesidad de poner trampas.
Se inclinó levemente hacia aquel lugar para darle un cordial saludo de presentación.
—Mis respetos al antiguo dueño.
Una ligera brisa sacudió sus cabellos de forma lenta y pausada, cualquiera que hubiese visto esa escena se quedaría atónito ante tanta belleza e incluso hasta sentirían envidia.
Era algo de poca importancia, los dioses siempre tenían un buen aspecto.
Antes de que diera un paso hasta la propiedad, escuchó detrás suyo cómo alguien se detenía de forma repentina como si se sorprendiera de ver a otra persona ahí. Por lo que no tuvo las remedio que darse la vuelta para hacerle frente a quien quiera que fuese el intruso que quería echar a perder sus planes.
Pero no imaginó ver a un chico de su "edad" (quizás 20 años o un poco más) que lo miraban con nerviosismo.
Draco le miró de arriba a abajo notando que este vestía bien, llevaba una espada colgando de su cintura (quizás la usaba para combatir contra los demonios) y por lo que podía sentir, había magia en su interior. Quizás era algún descendiente aquellos discípulos que habían servido a Merlin. Un humano con escasos poderes mágicos. Lo que si pudo ver era un rostro que iba perdiendo rasgos finos para dejar paso a su madurez, lo peor, parecía que tenía un nido de pájaros en la cabeza en lugar de cabello. Son embargo, sus ojos verdes brillantes como esmeralda, compensaban el desastre de su cabeza.
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El pecado de un villano; [ Harco ]
FanfictionEn toda su vida Draco supo que podría tener las cosas con facilidad. Ha cumplido los 20 años y tiene que hacerse un nombre en el mundo mortal para que sea alabado, así que desciende al mundo de los humanos para poder "hacer cosas buenas" pero jamás...