• 10; Un Dios de Slytherin.

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Harry fue el primero en volver a saltar del tejado para poder ayudar a la gente sin magia que corría de un lado a otro. Junto a Hermione, Ron y otros que se habían unido. Se habían puesto alrededor de aquél demonio que solo veía a cada uno con aquellos ojos inyectados de sangre.

Bien sabía que no tenían ningún chance contra ese demonio de clase muy alta, era difícil saber qué iban a salir con vida sin siquiera hacer algo.

De sus manos con garras afiladas solo podía verse como gotas de sangre caían hacia la tierra húmeda debido a que el clima había cambiado y la lluvia comenzaba a caer. Eso hizo que las calles comenzaran a teñirse de rojo debido a que el agua mismo estaba arrastrando lo que encontraba, si había mucha sangre, quería decir que ya había estado matando antes para alimentarse del alma de las personas. Era un demonio de clase indomable, y con almas recién comidas iba a ser un infierno. Nadie de ahí iba a sobrevivir.

Draco iba a dar un paso hacia adelante para poder bajar del tejado, pero no pudo al sentir varias golpeteos en su pecho.

Las calles de Gryffindor habían quedado vacías, había muchas cosas tiradas a su paso y solo podía verse un grupo de cincuenta personas alrededor del demonio que se estaba burlando de ellos con la mirada. Enseñaba sus dientes puntiagudos haciéndoles entender que de una mordida podría separar sus cabezas de sus cuerpos si se atrevían a dar un paso más hacia a él.

—¡Ataquen! —uno de ellos había gritado, alzando su espada y corriendo hacia a él.

—¡No! —Hermione estiró su mano para detenerlo pero fue tarde, el hombre había salido corriendo muy confiado de que los demás lo iban a seguir.

Y lo primero que vieron fue como aquel demonio había ampliado su sonrisa llegando a deformar de más su rostro escamado. Cuando el hombre hizo el intento de enterrar su espada en la carne del ser de obscuridad, solo vieron como la espada misma se había hecho añicos y no había hecho nada contra el demonio ajeno.

Después le tomó de la cabeza hasta aplastarla, los que estaban cerca soltaron un grito desgarrador aventando sus espadas antes de salir corriendo.

Inútiles.

—¡No corran! ¡No corran! —les ordenó Harry, meneando los brazos para que se detuvieran.

Pero uno por uno fueron cayendo alimentando más de su miedo y del alma aquel ser que con cada muerte se iba haciendo más grande. Su cuerpo se volvía más duro y las escaleras rojas de su piel tomaban un color más fuerte debido a que estaba alimentandose de buena manera.

—¡Draco! —Hermione había gritado, Harry volteó rápido estando muy asustado pero solo vio a aquel dios que seguia parado en el tejado— ¡No podemos!

¡Sabía que no podían! El no tenía todos sus poderes consigo mismo, sería un inútil a lado de ese demonio.

Hermione se puso a revisar en sus bolsillos pero fue tomada de la cintura por Ron para poder alzarla. A tiempo lo había hecho porqué ambos terminaron cayendo más lejos del lugar, rodando y escuchando la risa del demonio que había atacado en el lugar donde ellos estaban.

El rubio no podía hacer otra cosa.

Dió un salto bajando del tejado para acercarse hasta a Harry, sabía lo mucho que ese pueblo era importante para él. Pero si ningún dios baja a ayudarles, Gryffindor iba a quedar arruinado sin ninguna salvación.

—Tenemos que...

El demonio había corrido hacia a él cuando lo vió a su vista, sus movimientos se hicieron más ágiles que apenas y pudo reaccionar.

Harry le empujó dándole una palmada del pecho para dejar camino el libre del demonio. Pero este no había seguido, ignoró a Harry y cambió su dirección hacia el dios que no cayó al suelo. Sus manos le tomaron su cuello rodeando de el con estás y enterrando sus uñas en la piel de este.

El pecado de un villano;  [ Harco ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora