• 03; Aprendiendo de los humanos.

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—¿Nunca has comido chile?

Harry reprimía su risa mientras notaba la cara roja de Draco quien solo llevaba 3 vasos de agua tomados para tratar de calmar el ardor de su lengua.

Su rostro estaba muy rojo al igual que sus labios, e incluso sus ojos estaban llorosos debido a lo sensible qué había resultado al probar por primera vez una comida con picante. Podía verse adorable en otras ocasiones pero su mirada estaba llena de rencor hacia el chico de gafas que solo podía golpear su palma contra la mesa al tratar de calmar su risa.

Era el colmo que se estuviera burlando de el, creía que el picante no era demasiado extremo.

En realidad nunca había comido picante.

—Deja eso, solo pide otra cosa para ti que no lleve picante —Harry alzó el brazo para llamar al mesero, Draco solo pudo bajar la mirada avergonzado— ¿Así que no has recordado nada?

Negó, mientras apretaba el vaso de madera y miraba el contenido de está.

Se supone que habían ido al pueblo para saber algo sobre el origen de Draco (quién solo podía seguir fingiendo solo saber su nombre y tácticas de cacería) pero nadie lo había visto en su vida para nada, incluso muchos lo miraban sorprendidos de que fuese alguien rubio natural, un rubio que podía llegar a ser un cabello blanco. Estando cansados de tanto preguntar, solo pudieron entrar a una pequeña posada a comer algo antes de irse a casa.

Mientras Harry tomaba el platillo picante para ser el quien lo comiera, Draco solo miraba aún el vaso de agua.

Algún día tendría que decirle que era un Dios.

Todos los dioses siempre habían conseguido un subordinado cuando bajaban al terreno mortal, siempre encontraban una mano derecha que los seguía en el mundo de la inmortalidad. ¿Harry sería esa persona? Lo llevaba cuidando desde  que se habían encontrado a pesar que podía hacerlo por si mismo.

Tarde o temprano tendría que saberlo.

Cuando se diera cuánto con el paso del tiempo que no iba a envejecer, que iba a quedar con aquella apariencia juvenil mientras esté iba a seguir madurando. Si aceptaba ese puesto, podría dar gracias porque también le estaría dando la inmortalidad.

Estaba a punto de hablar, pero enfrente suyo un tipo con cabeza de zanahoria se había sentado enfrente de ellos, para su parecer, le resultaba poco agraciado su apariencia pero su sonrisa mostraba que conocía al chico sentado a lado suyo. El cual solo podía esperar en silencio sin dejar de comer, bien.

—¡Harry! —exclamó el contrario, extendiendo una mano para coger un trozo de pan— ¿Así que tienes un nuevo amigo? No nos dijiste nada, debiste haberlo traído a casa y así no gastabas dinero, mamá dice que te extraña.

Draco casi se atraganta con su propia saliva al ver qué estaba hablando con la boca llena de pan.

—No es nada, solo quise invitar a Draco a qué comiera algo.

—¿Draco? —el pelirrojo volteó la mirada hacia él y alzando una ceja— ¿Eres de por aquí? Es la primera vez que te veo.

Movió la cabeza de forma negativa, le estaba resultando desagradable ver los trozos de pan dentro de su boca.

—No es de por aquí, al parecer tuvo un accidente y solo tiene pocos recuerdos de su vida —Harry aclaró, llegando aliviar a Draco quién no quería hablar— hemos preguntado y nadie lo conoce. Me temo que tendremos que esperar hasta que sea capaz de recordar algo.

—Dudo demasiado que alguien lo conozca, no hay personas rubias en Gryffindor —el otro chico se acabó el pedazo de pan, y cogió el vaso de agua de Harry para beber de este— debe ser de otra región, en Hufflepuff lo dudo porque no tiene un rostro amable.

El pecado de un villano;  [ Harco ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora