• 09; Conexión.

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Se supone que saldrían a buscar al demonio que tantos problemas estaba causando con esa neblina, pero habían terminado tomando otro curso que los llevo hacia al pueblo.

A diferencia de las noches que llevaba ahí, esa noche se veía demasiado diferente. Había muchos puestos con adornos rojos siendo bien iluminados por lámparas de papel, y también con ayuda de algunas brujas y magos que usaban de su magia para permitir que la noche fuese más iluminada. Había músicos tocando sus flautas, guitarras, lo que tuvieran en la mano que sirviera para hacer música mientras la gente se estaba divirtiendo, riendo, comprando y comiendo.

Harry en cambio lo único que hizo fue sonreír y tomarle de la muñeca para evitar se fuera a perder entre tanta gente, Draco solo se puso tenso.

—Hoy es el día que se celebra a Gryffindor, así que todo el pueblo está de fiesta hasta el amanecer —le explicó, mientras ambos se abrían pasó entre la gente— tampoco tienes que temer por los demonios. Debido a que es un día festivo, todos los cazadores dejan de lado sus debes para poder asistir y cuidar el pueblo de cualquier ser oscuro que decida interrumpir.

Con razón, él pensaba que esos tontos humanos tenían ideas suicidas de hacer un festival y llamar a los demonios para ser carnada fácil.

Ahora entendía todo. Y si, recordaba qué en un día como esos es que Gryffindor se había coronado como Dios celestial hace unos mil años atrás. Mientras su gente le celebraba haciéndole rezos, prendiendo velas y alzando plegarias hacia a él. Este estaría en el trono de su palacio, bebiendo, bebiendo, bebiendo y ordenando a sus discípulos o sirvientes que le llevarán más alcohol cuando se le acabara el que tenía para poder seguir bebiendo.

—No entiendo porque le tienen tanta fé —murmuró, dejándose llevar y no perdiendo de vista a su alrededor, le parecía divertido la verdad— cuando llegue el momento de ascender el cielo y lo conozcas, incluso hasta te caerá pésimo por esa actitud tan de mierda que tiene.

—¿De verdad?

—Si, nunca está sobrio. Incluso si bajara a ver su propio festejo con una apariencia diferente, estaría metido donde venden alcohol.

—¿Y tú crees que le lleguen todas las oraciones?

—Mh, cuando una persona cree tanto en un dios, sea lo que haga ya sea una vela, un incienso, una oración, siempre van a llegar a él —Draco murmuró, había una ligera emoción en su tono de voz que el pelinegro no pasó desapercibido— te lo mostraré. ¿Podemos ir al templo de mis padres?

Hablar sobre sus padres era difícil de conseguir, así que Harry no perdió la oportunidad para cambiar de dirección la caminata de ambos.

El festival iba a durar hasta el amanecer, así que tendrían mucho tiempo para hacer lo que fuese.

Ambos caminaron muy cerca del uno al otro, Harry sin soltarlo y Draco sin decir nada mientras de dejaba llevar en silencio. Parecía que no iban a hablar pero incluso hasta el silencio era demasiado cómodo para ellos dos.

No tardaron mucho en llegar al templo que había para los Malfoy, debido a ser festivo no había tanta gente más que una que otra. La mayoría debía de estar metida en los templos de Gryffindor debido a su día.

El templo en si no era tan grande, donde sus padres eran más venerados era en la región de Slytherin donde tenían más templos juntos o separados, pero este era digno ser llamado un templo de ellos debido a la cantidad de color verde que predominaba. Parecía como si su propio padre hubiese sido quien específico como quería el decorado. Juraba que apenas entrar era estar en su propia casa.

Enfrente de ellos se alzaban dos monumentos se mármol blanco, bien detallados y demasiado cuidados. Parecía que en cualquier momento podrían cobrar vida si se les antojaba pero eso sería imposible.

El pecado de un villano;  [ Harco ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora