• 04; Un dios débil.

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Pero antes de que pudiera hacer algo para poder demostrar que era un Dios fue cuando se quedaron callados por completo, pues la pesada brisa había traído consigo mismo un agudo lamento que a cualquiera la enfriaría la sangre de tan solo escucharlo.

Ese lamento estaba cargado de tanto sufrimiento guardado por años, y buscaba un alivio.

Ya fuese vagando, o matando.

—¿Que es eso? —Harry se llevó ambas manos hacia los oídos para poder cubrir sus orejas.

Draco no lo hizo porque no lo necesitaba.

—Es un demonio, evolucionando próximamente a "Indomable" —respondió, aún sabiendo que Harry lo escuchaba aunque fuese bajo— puede que no esté cerca, el viento ha traído sus lamentos y quizás esté lejos. Pero es peligroso.

—¿Cómo son los indomables?

—Su nombre lo dice: Indomables, no se puede hacer mucho con ellos para los simples mortales —entonces palmeó un poco su espada que aún colgaba de su cintura, se sentía bastante confiado—para un dios es menos tedioso. He combatido con ellos durante mi reclusión espiritual.

Harry aún seguía incrédulo sin poder creer ninguna de sus palabras pero si de algo era bueno, es que sabía reconocer cuando la gente mentía. Y Draco no tenía ninguna pista de estar mintiendo porque se veía tan seguro de si mismo.

¿Y si su accidente le hizo creer cosas que no son?

Bajó las manos de sus orejas para poder tomarle de la muñeca de nueva cuenta, sintió como este se tensaba por el contacto físico.

—Necesitas descansar, tu cabeza aún no está bien.

—¿Qué? —Draco ni en cuenta que estaba siendo tratado como un loco.

—Tengo remedios que pueden servir a controlar la mente y regresar a alguien en armonía...

—¿Disculpa?

—No tienes que disculparte, no es tu culpa que no puedas recordar nada.

Disculparse, el gran Draco Malfoy jamás se había disculpado en toda su vida. Ni siquiera con sus propios padres ni con su maestro Salazar Slytherin.

Se soltó con brusquedad de ese agarre sintiéndose molesto.

—Te estoy ofreciendo la inmortalidad y me tomas como un loco, vaya humano...—se aguantó de soltarle las grosería que quería decirle y solo dlle dio la espalda, sacó su propia espada para poder clavar la punta en la tierra solo porque aún no se olvidaba de aquel lamento que se iba alejando por la brisa.— no me sorprendo que sean tan incrédulos y ambiciosos.

La tierra bajo sus pies comenzó a temblar, hasta ese momento Harry se sintió más abrumado mientras notaba como la espada ajena comenzaba a iluminarse con una luz verde en medio de aquél día que comenzaba a anochecer, a diferencia de su sorpresa, el otro parecía más tranquilo como si estuviese acostumbrado a ese tipo de acciones en su vida.

No le quitó la vista de encima, de la tierra comenzaron a salir brunas negras que se convertían muy espesas a tal punto de tener por pensar que podrían atacar.

Pero no, solo se quedaban flotando en el aire y susurraban cosas que Harry no podía entender.

Unos dos minutos más tarde, Draco retiró la punta de su espada de la tierra y la brunas negras volvieron a la tierra siendo arrastradas a la fuerza por más que trataban de resistirse para no volver a aquel lugar. Entonces Harry seguía sin decir nada, esperando una respuesta.

¿Que clase de magia había sido eso?

—Los espíritus atrapados en la tierra dicen que no han visto ningún demonio peligroso a los alrededores, es seguro caminar...solo la brisa trajo sus lamentos.

El pecado de un villano;  [ Harco ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora