El pecado de un villano; [ Harco ]

• 15; Los dioses están en desacuerdo.

¿Cómo explicarle a la gente el porqué la construcción del templo de Draco Malfoy tomaron otro rumbo? ¿Era fácil decir que un dios, no quería ser un dios?

La gente pensaba que los trabajadores estaban teniendo un pequeño descanso. Un descanso sin retorno alguno al parecer porque ahora el proyecto estaba tomando a otra dirección.

Draco se sentía demasiado apenado, recordando la cantidad de dinero que se había gastado en esos lujos que no necesitaba para nada. Es por eso que prefirió que el “templo” siguiera construyendose, había mucho dinero invertido y no se podía echar a la basura. Aquel templo, se volvería un refugio para la gente pobre que necesitaba un hogar. Y Hermione estaba maravillada, ella apoyaba demasiado, diciendo que podía enseñar a los niños o adultos que quisieran aprender algo de educación básica.

Y él solo podía sonreír mientras asentía a todo lo que le decían. No había duda qué estaba tomando una decisión de querer hacer su vida a su manera, sin restricciones y sin miedo.

Aquella mañana solo estaba en casa, dando vueltas alrededor de la cabaña mientras observaba a Riddle quien se estaba encargando de ver cómo iba el crecimiento de unas nuevas patatas que habían plantado de forma correcta. No había nadie así que podía pensar con mayor tranquilidad mientras se acercaba a su discípulo que estaba de rodillas sobre la tierra. Aquellos ojos rojos se le quedaron mirando esperando una orden que no llegó debido a que el rubio estaba perdido en sus pensamientos.

Estaba a punto de decir algo, pero el contrario se adelantó.

—¿Algunas ves te has sentido diferente a lado de alguien? —murmuró con todo desinteresado, pero su voz había temblado.

Aquel demonio solo pudo negar de inmediato siendo sincero con la respuesta.

—Nunca. ¿Que tipo de diferente se refiere, maestro?

—No lo sé, tipo...sentir que tu alma se tranquiliza cuando estás a lado de alguien...¿Tienes alma? —le preguntó.

—No.

—Ah, con razón. —Draco había sonreído para si mismo, como si se justificara de algo— debería hablar de esto con alguien que si tenga alma para que pueda entenderme.

—Puede hablarlo con Potter, señor...

—Y él es con quién menos quiero hablar de eso —murmuró nervioso, agarrando una rama delgada tirada de la tierra—. No soy un tonto, Riddle. Soy un dios y mi inteligencia es alta, pero con él me siento un tonto y distinto. Es diferente a la primera vez que lo conocí, es diferente a...

Ni siquiera pudo terminar de hablar cuando sintió una ráfaga de viento detrás suyo que le hizo sentir muchos escalofríos.

Tom obviamente había mirado detrás suyo, su posición había cambiado cuando se puso adelante de su persona para protegerlo de quién hubiese llegado. Lo conocía, él no haría eso ante alguien porque no era celoso, lo hacía porque sentía energía maligna en lo que estuviese detrás suyo.

Así que se puso de pie para poder enfrentar lo que sea que haya venido mientras sostenía su espada que estaba dispuesto a sacar apenas viera que estuviera en peligro.

Pero al dar la vuelta y ver de quién se trataba, sintió que su corazón quería detenerse y que el calor abandonaba su cuerpo. La sonrisa tímida que había tenido minutos atrás, simplemente ahora se había desvanecido mientras veía como aquella persona miraba a Riddle con desaprobación y decepción.

—Padre...

Lucius alzó la mirada al ser nombrado, cerró por unos segundos sus ojos antes de preferir no estar viendo a aquel demonio que lo miraba como si fuese lo peor del mundo.