El pecado de un villano; [ Harco ]

• 16; Los sentimientos de un Inmortal.

La tristeza de Draco se prolongó por tres días seguidos donde solo podía llorar por toda la presión que estaba sintiendo. En esos 3 días, Harry nunca se había separado de él. Permaneció a su lado para cualquier cosa incluso para que pudieran dormir juntos y el contrario pudiera dormir con tranquilidad sin estar llorando desconsoladamente.

Harry no estaba cansado, se levantaba a traerle lo necesario mientras le decía que no era necesario salir si no tenía ánimos, y Malfoy agradecía con pequeñas sonrisas.

¿Estaba haciendo bien? Pensaba Harry cuando salía a hacer algunas compras, mirando a lo alto aquel templo que estaba siendo construido, para algunos era aún aquel templo para un dios, pero para ellos sería un refugio para los necesitados. Draco estaba haciendo cosas buenas con lo que tenía y podía. ¿Cómo podría convertirse en un enemigo del cielo? Con cada día que pasaba, podía sentir disgusto hacia el cielo sin pensarlo.

Draco en cambio con los siguientes días comenzaba a sentirse más relajado, diciéndole al mundo que no era un Dios pero los demás estaban siendo demasiado cegados que solo reían diciéndole que claro que lo era.

Y el rubio solo podía sonreír por educación y no decir: “he desertado del cielo”.

Mientras más pensaba más tedioso se volvía el tener que sonreír a todo el mundo, si hubiese algo que le pudiera ayudar para borrar la memoria de los aldeanos. Pero lamentablemente no lo había, tampoco creía que una criatura mágica le ayudará para eso porque no existía tal criatura o no la conocía, y ahí estaba el problema.

Sus pensamientos se desvanecieron cuando alzó la mirada y ver a Harry que estaba en medio del río.

El chico bien podía usar su magia para poder atrapar algunos peces pero había decidido hacerlo a lo mortal, con los pantalones arremangados hasta las rodillas y con la vista baja mientras procuraba tomar de inmediato algún pez entre sus manos. Draco miró la canasta a su lado que estaba llena de algunos 10 peces cuando era suficiente con algunos 4 para ambos pero el muchacho quería seguir atrapando más peces para él, desde que le había dicho que el pescado sabía bastante delicioso, aquel chico solo podía o quería cocinar para él.

—Atrapa más, podremos venderlos en el pueblo —dijo en voz alta, atrayendo la mirada de Harry solo por unos segundos— los daremos al doble. ¿Quién no querría el pez de un Dios? Hay que pensar astutamente si queremos sobrevivir.

Solo lo vió negar con la cabeza antes de agacharse y coger un pez más entre sus manos.

Draco había sonreído, maravillado con la astucia de Harry a la hora de pescar y eso que lo estaba haciendo sólamente con los dedos. Mientras Harry se daba la vuelta para volver hacia donde estaba en la orilla, se le quedó mirando y tragó saliva al sentirse nervioso por la imagen que tenía enfrente suyo.

El oji verde estaba ligeramente empapado del torso debido a la cantidad de veces que había metido sus manos de manera rápida al agua, también estaba sudado por estar mucho tiempo debajo del sol a medio día, su rostro mostraba signos de cansancio pero también se mostraba complacido mientras se iba acercando más hacia a él, como si le estuviera enseñando a un adulto que había logrado atrapar otro pez. Entonces el rubio se sintió más incómodo mientras bajaba la mirada y hojeaba aquel libro entre sus piernas que no te nada interesante.

Harry se estaba volviendo bastante íntimo y demasiado cercano que era imposible no sentirse nervioso, recordando aquellas noches donde lo mantuvo entre sus brazos para tratar de calmar su alma.

—Llevas leyendo las mismas páginas por una hora. ¿Tan interesante es el cuento del gato y el zorro?

La voz de Harry se oyó más cercana, Draco cerró el libro de golpe bastante apenado de que se diera cuenta de lo que estaba haciendo.