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Capítulo 7

Modo avión.

Bien sabemos que es cuando desactivamos todo en nuestro celular, ¿pero han escuchado alguna vez que las personas pueden estarlo?

¿Raro, no? Pues justamente así me encuentro yo.

Literalmente me siento desconectada de todo, simplemente estoy por estar, respirando porque mi cuerpo así lo pide, comiendo por que no hay de otra, pero muriendo internamente. ¿Porqué? Porque a veces llegamos a un punto donde las situaciones nos ahogan y no sabemos qué hacer, principalmente para aquellos que no nos gusta hablar de lo que nos pasa y preferimos cargar con todo solos.

¿Por qué pasa esto? Por que nos cansamos de esperar que alguien venga a darnos la mano, entonces toca salir adelante solos, acostumbrarse a la soledad y saber que con la única persona que uno cuenta de verdad, es con uno mismo.

Han pasado exactamente dos semanas desde el funeral de mi hermano, dos semanas donde no he ido a la Universidad, solo salgo de mi habitación cuando es estrictamente necesario, escuchar música deprimente y pensar si realmente vale pena seguir...

¿Mi familia? Cada día se desmorona más. ¿Pensaron que luego de la pérdida podrían marchar mejor las cosas? Pues les traigo una noticia y es que todo ha ido de mal en peor. Mamá dejó el trabajo, se está dejando consumir por la depresión y no sale de la habitación de Adrián, papá solo llega a casa para discutir a diestra y a siniestra, y David solo llega a casa a dormir.

¿Y yo? Sin saber cómo continuar.

—Más te vale que me ayudes a conseguir un trabajo o el próximo funeral al que irás, será al mío —rápidamente le mando ese mensaje a Noah.

Espero tener suerte en ello, porque no puedo aguantar quedarme en este ambiente de depresión y toxicidad que abunda en esta casa.

Mi celular vibra y reviso el mensaje entrante.

—¿Trabajo? ¿Para qué quieres trabajar? —esa es toda su respuesta.

Joder, será pendejo.

—¿Cómo que para qué? Necesito hacer algo, no puedo quedarme aquí.

—¿Qué pasará con tu carrera? ¿No piensas volver a estudiar?

—No quiero enfrentarme a las miradas de lástima que me darán cuando vuelva, porque te juro que mis ganas de golpearlos no serán contenidas.

—¿Desde cuándo a ti te importa las miradas que te den?

Mierda, tiene razón.

—Sólo digo que será muy incómodo —le respondo luego de unos minutos.

—Tal vez. ¿Qué estás haciendo?

—Ahora nada, ¿por qué? —le contesté, extrañada por su pregunta.

—Estaré allá en dos horas.

Oh.

¿La buena noticia? Mi mejor amigo vendrá luego de dos semanas sin verlo.

¿La mala? Mi casa parece un basurero, mi habitación especialmente.

Rápidamente organizo un poco mi cuarto y voy hacia la planta baja, efectivamente todo es un caos; la cocina está a rebosar de platos sucios, las sillas del comedor están esparcidas, los muebles están hechos un desastre... en conclusión, un tornado pasó por mi casa.

Coloco algo de música para poder limpiar e ir relajándome. 

''You say'' de Lauren Daigle, empezó a sonar.