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Capítulo 36

¡Feliz Navidad, amores! ¡Hoy les traigo doble actualización y hasta portada nueva!

Gracias a Ruby_Bautista_ de la Editorial_Queens. Muchísimas gracias, les quedó hermosa ❤

Ahora sí, a disfrutar el capítulo y felices fiestas💕

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Llegó el día.

Por fin hoy podría conocer quién era el desconocido, confieso que estoy un poco nerviosa, puesto que no sé con qué podría encontrarme.

Para mi suerte era aquí mismo en la Universidad, así que por una parte me sentía segura.

Aunque me carcome la cabeza eso de que alguien le hablaba maravillas sobre mí, ¿quién será? No tengo a nadie en mente.

Dejo de martillarme tanto la cabeza y sigo perdiéndome en las letras; no tenía ni idea de lo bien que me hacía escribir, era cierto que a veces es difícil porque no sabes cómo comenzar, sin embargo, yo escribía cualquier cosa, no me llevaba de un principio en específico. Era sólo escribir lo que saliera y luego le daba forma.

Ahora que lo pienso, ¿será que mi pasión por la escritura lo saqué de papá? Digo, es que por la forma en que escribió aquella carta haciéndose pasar por mi hermano pues deja mucho que decir; yo de verdad me conecté con aquellos escritos y estoy segura que no cualquiera puede hacer sentir a una persona así.

―Hola ―me giro para ver el dueño de aquella voz que ya conocía muy bien.

No esperaba encontrarlo aquí, ya que ni siquiera me he reunido con Noah y Lottie.

―Hola ―hago una mueca para luego volver a lo mío.

Nos quedamos en silencio y levanto mi vista para ver si se ha ido el bicho raro, no obstante, se coloca frente a mí y se sienta.

―Vine a disculparme ―carraspea―, sé que tal vez... ―lo interrumpo.

―Tal vez no, te pasaste de verga y punto ―rodé los ojos, no era necesario dar rodeos.

―Bien... no debí decir aquello, me dejé llevar por mi cabreo... de verdad lo siento ―murmuró.

Vaya, ni en un millón de años pensé que él podía disculparse.

―Está bien, Alex, no pasa nada ―me encojo de hombros restándole importancia al asunto.

Por una parte lo entiendo, llegó justo en el momento donde Adam decía que yo era su hermana y me imagino que eso fue un golpe bajo para él. Yo no pienso quitarle el lugar a nadie, pero él es sólo un niño y apenas sabe lo que dice.

Igual eso no justifica lo que me dijo, aun así, pasado pisado.

No hay razón para quedarse estancado.

―Quisiera contarte algo ―enarco una ceja debido a su comentario, pero miro mi reloj y veo que ya es hora de irme.

―Lo siento, tendrá que ser en otro momento.

―¿Pero...?

―Debo irme, después hablamos, ¿vale? ―asiente con la cabeza y me levanto dispuesta a marcharme.

Ya es tiempo de conocer al desconocido.

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