Capítulo 35

255 63 37
                                    

Introduzco la llave en la cerradura e ingreso a mi casa.

Después de pasar horas charlando con Charlotte decidí regresar.

No sabía que podía divertirme tanto con una chica, lo mío siempre ha sido juntarme con chicos; para ser más específicos solo Noah y yo.

Camino hasta la cocina y al entrar me encuentro con papá. No se ha percatado de mi presencia porque está de espaldas, pero por lo visto está haciendo algo.

Sin cambiar mi postura se gira y levanta la mano para tomarse algo, en cambio, al verme se detiene en seco.

―No sabía que estabas aquí ―dice, mientras trata de ocultar lo que iba a tomar.

―Puedes continuar lo que estabas haciendo, papá.

―Lo haré más tar...

―Sé lo que estas tomando, anda, hazlo. Por mí no te detengas ―digo, interrumpiéndolo.

Me acerco a la nevera para buscar algo de tomar, él se aparta dejándome el camino libre y sigue en lo suyo.

―No tienes que ocultarte de mí cada vez que vayas a tomar las pastillas debido a tu condición ―tomo el jarrón con zumo y lo vierto en mi vaso.

―¿Qué? ―-me giro hacia él y bebo un poco de mi jugo.

―Entendiste muy bien lo que dije.

No hay necesidad de explicar nada porque ya entendió que lo sé.

No quería hablar de eso con él hoy, prefería otro día donde me mentalizara todo lo que iba a decir.

No obstante, ya se dio la ocasión y hay que continuar.

Ahora que lo observo mejor me doy cuenta de dos cosas, sus ojos están cargados de unas horribles ojeras y su aspecto grita cansancio por todos lados.

¿Tan mal lo tiene aquello?

―Ya que estas al tanto de esto, me parece que lo más apropiado es que por fin te diga la verdad.

―¿Estás seguro de ello? Digo, ni siquiera te he dicho lo que sé ―lo miro cruzándome de brazos.

―No hace falta, ya lo sé. ¿Entonces quieres saber todo? ―su mirada me indicaba que esta vez me merecía una explicación.

Además, mamá había dicho en la carta que había una parte que le correspondía a él, supongo que eso es lo que me contará.

―Claro que sí ―contesté.

Asiente con la cabeza y me hace señas de que vaya con él. Sigo sus pasos y nos dirigimos hacia la sala de estar.

Espero paciente a que comience, pero al parecer está en conflicto consigo mismo.

La verdad es que me pone un poco ansiosa lo que me vaya a contar, no pensé que todo este lío fuera tan grande, de tal manera que nos haya afectado a todos.

―Cuando nací ―comenzó a decir―, fui dado en adopción, no entiendo qué sucedió con la pareja pero a los tres años terminaron llevándome a un orfanato

No puedo evitar mi cara de sorpresa.

¿Escuché bien? ¿Adoptado?

―¿Tú? ―no disimulo para nada lo sorprendida que estoy.

Y es que no es para menos con dicha noticia.

―Sí, yo. Estuve allí durante... ―se detiene y respira profundo―, cinco años, y te confieso que fueron los peores años de mi vida.

Quiero Vivir ✅ A LA VENTA EN AMAZON✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora