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Capítulo 29

Narrador omnisciente.

Ciertas inquietudes arropan a los jóvenes que hoy habían decidido tener su primera cita, se supone que deberían saltar de alegría debido a que por fin podían compartir solos y sin interrupciones; no obstante, ha sido todo lo contrario.

Por más que querían centrarse en ellos eso no fue posible, por sus mentes rondaba un solo nombre, ''Lisa''.

Se observan detenidamente, pero no de la manera que él pensó cuando estuviera cerca de aquellos risos de oro que comenzaba a adorar; su mirada denota tristeza y no solo la de él, sino la de ella también.

―¿Entonces qué pasó? ¿Qué dijo? ―preguntó la rubia.

El joven dejó salir un fuerte suspiro, apartó la mirada y con su voz cargada de dolor contestó:

―Ella no fue, Lottie. Entiendo que es muy radical con sus decisiones, pero es mi mejor amiga y sé que lo está pasando muy mal, peor aún, no asistir al funeral de su madre.

La chica lo mira sorprendida.

―¿La conociste? ¿Cómo era? ―su notable entusiasmo hizo que Noah volviera su vista hacia ella.

―Charlotte, ¿no sabías que Lisa y yo nos conocemos desde pequeños? ―ella niega con la cabeza―. Pues sí, su madre era una gran mujer, aunque tal vez Lis no diga lo mismo.

―¿Por qué, no?

El castaño duda sobre si abrir la boca y contar aquello, puesto que a pesar de que ella le gustara aun necesitaba saber si era confiable; no quería volver a meter la pata revelando información privada de su amiga, ya le mintió una vez y no pensaba hacerlo de nuevo.

Solo le quedaba esperar que ella lo perdonara cuando se enterara de la verdad.

Sin embargo, recuerda algo que había estado pasando por alto.

―Lott, ¿qué día es hoy? ―le preguntó, mientras se llevaba las manos a la cabeza deseando que no fuera lo que estaba pensando.

―Pues según vi esta mañana hoy estamos a nueve.

―Oh joder.

―¿Qué sucede? ―ella frunce el ceño por el extraño comportamiento de él.

―Lisa cumple años el 15 y con esta pérdida que tuvo, querrá morirse cuando se dé cuenta que cumple cerca de la fecha de la tragedia.

Ambos se miran y con eso se dicen todo; la situación se está tornando más difícil y no parece tener la intención de mejorar.

Al estar sumergidos en sus pensamientos, no se percatan que cierto chico que detesta su amiga se les acerca.

―¡Mi amigo del alma! ―grita, sin importarle que personas volteen a verlo por su escándalo.

―Sebastián, ¿qué hay? ―el castaño mira a su amigo y le invita a sentarse con ellos.

Todo bajo la atenta mirada de la rubia, que por cierto, piensa que el pelirrojo acaba de arruinar sus planes.

―Todo excelente, aunque, ¿a ustedes qué les pasa?, ¿por qué tienen la cara como si hubiera muerto alguien?

Noah intenta decir algo, pero no tiene la fuerza para pronunciar palabra; estaba agotado, entre él, David y el señor Blake hicieron todo lo posible para que aquel funeral no fuera un desastre hace unas horas.

Todo ello lo hacía por ella, por su mejor amiga, a quien consideraba su hermana; se había prometido que estaría siempre para ella y que no dejaría que nada malo le sucediera.