Alex.
Tic tac, tic tac...
Ese sonido era insoportable, lo escuchaba tan cerca y a la vez tan lejos.
Odiaba venir aquí por eso y porque siempre era lo mismo, ella me hacía preguntas y yo le respondía, ¿saben cuál era el resultado?, que nunca había mejoría.
Lo peor del asunto era que pasaba horas muertas ahí y el fastidioso reloj no se callaba, me provocaba darle un puñetazo para que se apagara de una buena vez.
— ¿Me estás escuchando, Alex? —alcé la vista hacia ella y la observé; sus orbes azules como el mismo cielo era algo que sin duda alguna me sorprendía, pero que también detestaba puesto que aquellos ojos lo único que hacían era analizarme y darme un claro recordatorio de que estaba enfermo.
Ella no me ayudaba porque quería verme bien, claro que no; solo lo hacía porque era su deber y no porque yo le importaba. Yo solo era un paciente más de su lista.
—La estoy escuchando —contesté, pero eran puras mentiras, dejé de escucharla desde que me hizo la primera pregunta.
Y creo que ya íbamos por la ¿quinta?, no lo sé, a decir verdad tampoco me interesaba.
Aun no entiendo para qué mamá sigue insistiendo en que venga cuando hace años se nota que nada ha cambiado o cambiará.
—Espero tu respuesta —la señorita Miller seguía escribiendo en su libreta, pero yo no tenía ni idea de lo que me había preguntado.
— ¿Eh? ¿Podría repetirla?
— ¿Por qué no viniste a mi consultorio hace unos días? —aquello hace que la ira y la tristeza vuelvan a mí.
Aprieto mis puños y me remuevo incómodo. Sin embargo, no puedo más y me levanto, me coloco frente al enorme ventanal y observo aquel hermoso jardín; personas con una radiante sonrisa se mueven por los alrededores, se les nota feliz.
Yo ni recuerdo cuando fue la última vez que lo fui.
—Tuve una crisis —respondí, sin apartarme de allí.
— ¿Cómo que una crisis?
—Usted debería de saberlo, es la experta —me encogí de hombros siendo consciente de que su mirada estaba sobre mí.
— ¿Por qué la tuviste? —carraspeó.
—Por la lluvia. Me recuerda a esa noche y luego me encuentro fuera de control.
— ¿Desde cuándo te pasa eso? —me giro hacia ella cruzando los brazos.
—Desde que se cumplió un mes de su muerte.
Aunque quiso mantener una postura neutral falló en el intento, siguió anotando y no me contestó; era de esperarse.
— ¿Qué hay de tu hermano?
—No tengo hermano.
—Me extraña que digas eso, puesto que aquí tengo todos tus datos y me indican que sí.
—Usted no sabe nada.
—Entonces cuéntame.
—No pienso hacerlo.
—Bien, según mis apuntes el pequeño se llama Adam...
—Pare —la corté.
—Tiene cuatro años y está a punto de cumplir...
—Señorita Miller, deténgase, por favor —intentaba aguantar lo que más podía, pero ella no ayudaba.
—Oh, me parece que el niño tiene la misma edad de muerte que tu herma...
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Quiero Vivir ✅ A LA VENTA EN AMAZON✅
Ficção Adolescente¡A LA VENTA EN AMAZON, FÍSICO Y DIGITAL! Ella, una chica soñadora, pero lamentablemente su entorno no la deja ser; destruyen sus sueños, su autoestima y dignidad. Pero dependerá de ella si quiere que les sigan cortando sus alas o definitivamente las...