XVI. Declaración de guerra.

649 97 9
                                    

Estático y boquiabierto, con un frío helando su pecho y un fuerte dolor en la marca que adornaba su cuello, Ji Min no podía creer lo que sus ojos estaban viendo, se acercó a ellos cuando los padres pretendían irse y lo vio con una expresión de confusión.

- ¿amo? –dijo suavemente.-

Al escuchar su voz, Yoon Gi alzó su cabeza y con sus fríos ojos castaños lo miró de arriba hacia abajo, sin demostrar emoción alguna en su rostro.

- ¿tú... no eras beta? –dijo mirándolo fijamente.-

Las mejillas del menor enrojecieron por la sorpresa de aquella pregunta, sin poder comprender la naturaleza de la confusión del mayor.

- ¿de qué hablas, cariño? –dijo la madre.- ¿ya lo olvidaste? Hace unos meses Jimin nos reveló que es omega.

- Ah. –dijo sin sorpresa.- es cierto, no lo recordaba.

- ¿recuerdan la sorpresa de la que Yoongi les habló? –dijo Hyu-Na.-

- Por supuesto. –dijo el padre.-

- ¿no es su reconciliación? –dijo la madre.-

- Algo más que eso. –la menor soltó una risilla.- ¿no lo adivinan?

Alzó su mano estirada para dejar ver un anillo dorado que adornaba su dedo anular, esbozando una amplia sonrisa.

- Ya nos casamos. –rió nuevamente.-

Aquellas palabras fueron para Ji Min otro fuerte golpe en el pecho, podía jurar que su corazón se estaba desangrando y muriendo internamente, sin poder creerlo aún, pero no podía decir nada, al menos hasta que supiera por qué Yoon Gi lo olvidó.

- ¿lo hicieron? Oh, cómo se atrevieron. –dijo la madre.- ¿por qué no nos invitaron?

- Quisimos hacer la unión civil solo para nosotros dos. –contestó Hyu-Na.- y celebrar la eclesiástica aquí con la familia.

- ¡felicidades, entonces!

Ji Min había dejado de oírlos, perdido en un abismo de triste desesperación e impotencia, allí estaba él, en frente de sus ojos, casado con otra mujer, tan descaradamente. Si hubiese dicho algo, habría terminado llorando delante de todos. Yoon Gi desvió su mirada a su sonriente compañera.

- Vamos a desempacar. –dijo el rubio.-

Ella asintió y dirigió una discreta mirada amenazante a Ji Min, para ir junto a Yoon Gi a su habitación.

- ¡haremos una cena para celebrar su unión! –dijo la anciana.-

De reojo, el pelirrojo la vio, pero ya no podía contener su llanto, así que lo más rápido que pudo se perdió de su vista, yendo a su habitación para desahogar su dolor llorando desconsoladamente, confundido y con el corazón despedazado en las manos, desangrándose, marchitándose como sus esperanzas. Pasó el día en la habitación, ni siquiera notó que las horas pasaban, sumergido en una profunda depresión hasta que tocaron a su puerta, avisando que los amos querían que bajara a cenar, no podía negarse, así que se levantó y luego de aplicar algo de maquillaje y cambiarse soltó un suspiro, saliendo de allí para enfrentarse a la cruel imagen de su alfa siendo de otra; cuando llegó a la sala de estar un sonriente Jae Won lo recibió, todos parecían ignorar la noticia, los recién casados aún no salían de su habitación.

- ¿es cierto que tío Yoongi volvió? –susurró apartándose de los demás.-

Ji Min asintió, mirándolo a los ojos sin expresión alguna en su rostro.

Amantes predestinados || YoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora