XIX. Último recurso.

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Con una serenidad y calma absoluta que no se había permitido antes es sus meses de agonía, Ji Min le explicó a aquel omega que una vez le ofreció su amistad y que ahora necesitaba ver como su salvador, el que tuviera la valentía que a él le faltó para enfrentarse a la tiranía de la intrusa que le robó la felicidad de las manos. Éste lo escuchó con atenta impresión, sin poder creer lo que había sucedido, pero antes de que aquel chico cuyos ojos habían perdido su brillo, supo muy bien lo que en realidad había pasado.

- ¿cómo te has dejado quitar tu alfa de esa manera por esa perra? –rodeó al menor con sus brazos.- está bien, yo te ayudaré.

El menor suspiró sintiendo la calidez del abrazo, pero aún seguía sin conmoverse su marchito corazón moribundo.

- ¿cómo lo hará? –susurró sin moverse.- ¿sabe cómo hacer que los recuerdos vuelvan?

- Sí, pero llevará algunos días. –suspiró separándose de él.- no creí que aún hubieran omegas que usaran tales artimañas para amarrar a sus alfa.

Confundido, Ji Min ladeó la cabeza sin poder comprender a qué artimañas se refería y éste enseguida notó su confusión.

- En la antigüedad era normal que un alfa, macho o hembra, tuviera un harén de omegas a su disposición, no medían la cantidad de parejas que tenían, no se molestaban en llevar una vida falsa con cada una, a todas las llevaban a vivir a la misma casa y a todas las trataban por igual, era normal que se aparearan con quien quisieran y los omega no podían decir nada al respecto. Los beta estaban a salvo de esta costumbre, ya que ellos carecen de esos instintos animales que son más fuertes que nosotros mismos. –miró fijamente al menor.- pero de vez en cuando había un omega dominante que utilizaba sus feromonas para hipnotizar al alfa y que hiciera solo lo que ese omega dispusiera.

JI Mi oía aquella historia como un cuento que se le leía a un niño antes de dormir, preguntándose cómo es que este hombre sabía tanto sobre el pasado de las especies que habitaban la tierra, sabía cosas que incluso casi estaban en el olvido, que ya ni siquiera los libros mencionaban y le parecía increíble, pero al menos así podría tener la respuesta a la pregunta que surgió el día en que Yoon Gi regresó casado con esa fiera vestida de oveja y sumido en una actitud fría y sin emociones: ¿qué fue lo que hizo Hyu-Na para que lo olvidara?

- Este truco era utilizado por los pocos omega lo suficientemente dominantes como para idiotizar a un alfa bruto y primitivo. El omega deja rastros de su aroma rodeando a su pareja, lo llena tanto y expulsa tantas feromonas que éste simplemente termina sucumbiendo a sus deseos primitivos y entonces el omega tiene el control total sobre él, mientras se aparean, en vez de ser el alfa quien muerde y marca al omega, es el omega quien deja mordidas en cierta zona entre el cuello y los hombros del alfa, succionando su piel hasta dejar moretones y mordiendo hasta dejar marcas que tenían que volver a hacer cuando estaban desapareciendo. Ellos controlaban con su aroma, su cuerpo y las marcas la mente del alfa, lo hacían perder sus cinco sentidos y le decían al oído lo que querían, a veces conseguían que solo tuvieran ojos para ellos, a veces hacían que olvidaran por completo lo que el omega le pedía que olvidara y así lavaban su cerebro para convertirlos en lo que ellos querían, sin levantar la menor sospecha en las víctimas. –se recostó en el respaldar del mueble.- creo que eso fue lo que hizo ella. Aunque ese truco es tan viejo que, como dije antes, creía que había quedado en el olvido, tal vez alguien que conoce muy bien el procedimiento se lo enseñó. ¿Yoongi tenía marcas en el cuello?

Entonces volvió al rincón de sus recuerdos, buscando algún momento en que haya podido ver con claridad el cuello de Yoon Gi y volviendo a sorprenderse, asintió.

- Sí... ahora que lo menciona, varias veces lo vi arreglando el cuello de su camisa y tenía marcas de chupetones y mordidas. –jugó un poco con sus dedos.- pero yo creí que era normal ya que ellos constantemente tienen intimidad.

Amantes predestinados || YoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora