XXI. El regreso del padre ausente.

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Alarmado por la violencia de Jae Won, Ji Min soltó un grito, prendiéndose del brazo del furioso alfa, intentando impedir una pelea entre ellos, puesto que sabían que si dos alfa comenzaban a pelear no había fuerza en el mundo que los separara y el que lo intentara saldría herido; Nam Joon ayudó a Yoon Gi a levantarse y éste suspiró.

- Está bien, me lo merezco. –dijo Yoon Gi.- yo habría hecho lo mismo en su lugar.

Para evitar seguir golpeándolo y lastimar emocionalmente a Ji Min, Jae Won bufó, saliendo de la sala; Yoon Gi vio al pelirrojo dejando caer su mano para tomar la suya con suavidad, mientras Nam Joon y Seok Jin salían en silencio de la casa, pues su trabajo ya estaba hecho y sabían que ellos necesitaban estar a solas.

- Sé que es ya muy tarde, pero quiero arreglar las cosas. –dijo Yoon Gi.- sé que desde que me fui has sufrido mucho por mi culpa, pero la verdad es que estaba hechizado por ella, no sé cómo consiguió que me olvidara de lo nuestro, pero eso hizo. Yo te veía y no podía sentir nada porque incluso mi alfa estaba ciego, no podía percibir tu aroma porque mi sentido del olfato solo sentía el de ella, yo en realidad nunca tuve intención de volver con ella, ni de casarme, mucho menos de lastimarte... y sé que esto no arreglará nada pero... por favor perdóname.

Luego de escucharlo, Ji Min no pudo contenerse, las lágrimas comenzaron a salir de sus ojos y solo se lanzó a sus brazos, aferrándose a su cuerpo con una necesidad increíble, lloraba en su pecho, estrechándolo en un abrazo donde no pudo pensar en nada que no fuera la felicidad que sentía por tenerlo de vuelta.

- Nada de eso me importa ya. –murmuró entre llanto.- tú estás de vuelta, tú me recuerdas... amo ¿me amas?

Sorprendido por el impulsivo acto del menor, Yoon Gi sonrió y lo rodeó también con sus brazos, dejando un suave beso en su frente.

- Claro que te amo. –susurró.-

Aunque encontró serenidad en el perdón, en sus hombros seguía teniendo el peso de la culpa, no dejaba de pensar en todo el sufrimiento por el que Ji Min pasó y que él no pudo evitar, quería remediarlo, aunque sin saber con qué lo haría. Cuando el menor se calmó y dejó de llorar, fueron a sentarse en el sillón, Ji Min se acurrucaba entre sus brazos, llenándose de aquel aroma que extrañaba y ansiaba, con sus ojos cerrados y el mentón del mayor apoyado en su cabeza.

- ¿cómo pasó? –susurró Ji Min.- ¿cómo ella consiguió hacer que te olvidaras de lo nuestro?

- En realidad no lo tengo muy claro. –soltó un leve suspiro.- no sé en qué momento ya no tuve consciencia de mis actos.

- Cuéntame qué fue lo que pasó. –tomó su mano entrelazando sus dedos.-

Yoon Gi se quedó pensando por unos segundos y dejando salir un suspiro, comenzó a contar su versión de la historia.

[Hace cinco meses atrás.]

Desde el momento en que Yoon Gi salió de la casa para ir al aeropuerto Hyu-Na estuvo enterada de su destino y preparó su ingenioso plan de reconquista, cuando él se instaló en su oficina de la sede de la empresa en aquella ciudad, Hyu-Na se arregló y fue a visitarlo, la dejaron pasar sin problemas, ya que sabían que ella era la prometida del jefe.

- Hola, Min-Minnie. –dijo la risueña omega, cerrando la puerta.- ¿viniste a verme?

- ¿viniste a verme?

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Amantes predestinados || YoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora