Se decía que los omega masculinos se habían extinto. Un chico que estando consciente de ser el último omega masculino, al menos en su país, mantuvo en secreto lo mejor que pudo su verdadera identidad, hasta que un día sucumbiría a sus carnales deseo...
Durante el día Yoon Gi dio órdenes a los empleados de la mansión de que arreglaran todo para el regreso de la familia y la cena especial que les propuso sin decirles un motivo específico, cuando Jae Won llegó de la escuela fue a cambiarse, de cierto modo estaba tan nervioso como lo estaba Ji Min con la noticia que darían esa noche.
El pelirrojo salió del baño y vio la hora en el reloj despertador sobre la cómoda que estaba a un lado de la cama, fue al armario y sacó de allí la ropa que luego de secar su cuerpo hasta donde pudo, se colocó.
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Estaba tan nervioso que no quiso imaginar cómo reaccionaría la familia cuando supieran que en realidad todo lo que había dicho era una verdad disfrazada, puesto que no mentía al decir que el padre de los cachorros estaba ausente y que lo había abandonado por otra, pero jamás especificó que ese alfa se trataba del hijo menor de los señores de la casa. Soltó un leve suspiro, yendo a peinar sus decolorados cabellos rojos, que ya habían perdido el fuerte color de la pasión y que ahora se asemejaba más a un naranja o una especie de color salmón, aunque no podría teñirlos otra vez hasta después del parto. Salió de la habitación y se encontró con Jae Won haciendo lo mismo, sus miradas se cruzaron y ambos sonrieron, el menor lo ayudó a bajar las escaleras, tomándolo del brazo y al llegar a la sala de estar se sentaron uno frente al otro, esperando a que Yoon Gi también bajara.
- ¿te sientes bien? –preguntó Jae Won.-
- Sí ¿por qué?
- Te ves algo hinchado. –ladeó levemente su cabeza.- tal vez solo estoy imaginando cosas.
- No lo sé, pero mis pies hoy están más hinchados que antes. –soltó una leve risa.- es normal.
El menor asintió y por al menos cinco segundos hubo un silencio que hizo parecer que habían pasado horas desde que alguno de los dos dijo algo.
- ¿estás feliz? –susurró Jae Won.-
- Por supuesto. –contestó Ji Min.-
- ¿de verdad? –lo miró fijamente.- ¿no sientes rencor hacia el tío Yoongi? ¿no quieres reprocharle que se dejó manipular por esa mujer?
- Quiero dejar eso atrás, por favor no lo vuelvas a mencionar, joven amo. –dijo Ji Min.- ellos ya no están casados y yo no estoy para reclamos... solo quiero recuperar la tranquilidad y la felicidad, solo importa que él ya no está bajo su control.
- Bueno... si tú estás conforme con eso. –sonrió levemente.-
Luego de un par de minutos, el mayor bajó las escaleras arreglando el cuello de su camisa y después su cabello, para ir junto a los dos sentados en los muebles de la sala.
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