XX. Abriendo el cajón de los recuerdos.

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Mientras Seok Jin se encargaba de darle una lección a Hyu-Na, Nam Joon se adentró a la oficina donde solo se podía percibir el aroma a regaliz y cereza de aquella omega, hizo una mueca cubriendo su boca y su nariz con su mano y se adentró, encontrándose con la mirada confundida y sorprendida de Yoon Gi, quien se levantó para saludarlo y recibirlo, ofreciéndole asiento.

- ¿qué te trae por aquí? –preguntó Yoon Gi.-

Nam Joon pudo notar lo idiotizado que él estaba cuando no notaba que la oficina estaba inundada de pies a cabeza con las feromonas de su esposa.

- ¿salimos un momento? –dijo Nam Joon.-

Ladeando levemente su cabeza, Yoon Gi asintió y juntos salieron al pasillo, donde por fin el mayor pudo respirar y miró fijamente al rubio.

- ¿confías en mí? –dijo el moreno.-

- ¿a qué viene esa pregunta? –alzó una ceja.-

El castaño lo tomó de los hombros e hizo que lo mirara a los ojos.

- Voy a someterte a un tratamiento al que no te puedes negar. –dijo el mayor.- puede que sea difícil de creer, pero te lavaron el cerebro y te olvidaste de algunas cosas importantes, mi intención es hacer que recuerdes esas cosas.

- No entiendo...

- De igual manera no tienes opción.

Tomó al menor y lo subió a su hombro como un costal, éste, sorprendido golpeó un poco su espalda, protestando por la manera en que lo cargaba, pero Nam Joon no le hacía caso, así que solo rodó los ojos y se dejó llevar por él.

- ¿cuál es la habitación de Jimin? –preguntó el mayor.-

- ¿eh? ¿la habitación de Jimin? –lo miró de reojo, pero solo podía ver la parte de atrás de su cabeza.- es la última, al final del pasillo, a la izquierda.

Nam Joon asintió y continuó su camino hasta llegar a dicho cuarto donde notó en seguida que también estaba inundado de feromonas de omega, pero estas no eran tan fuertes como las de la oficina, así que no tuvo problemas para adentrarse y dejar a Yoon Gi en la cama.

- Aquí te quedarás hasta que esas marcas desaparezcan y recuerdes al dueño de este aroma.

- ¿qué? ¿te volviste loco? ¡tengo cosas que hacer!

Intentó levantarse, pero con fuerza, Nam Joon volvió a sentarlo en la cama.

- Me voy a encargar de que recuerdes, Min. –dijo con expresión seria en su rostro.- concéntrate, siente este aroma, tú lo conoces mejor que nadie.

- ¿para qué quiero oler las feromonas de un omega recesivo? –rodó los ojos.- bien, pronto te cansarás y me dejarás en paz.

- Ya lo veremos.

Soltando un pesado suspiro, Yoon Gi se dejó caer en la cama y cerró sus ojos intentando identificar el aroma que percibía.

En la planta baja se encontraba Ji Min, mirando fijamente a Hyu-Na, no entendía por qué lo pensaba tanto, un simple golpe no era comparable a todos los insultos y la humillación que recibió de ella, solo tuvo que recordar la primera vez que llamó a sus hijos "bastardos" para llenarse de la suficiente rabia y odio como para fruncir el ceño y estirando su brazo hacia atrás y con un movimiento mecánico e impulsivo estampó su puño en el rostro de la omega, con fuerza, la fuerza que acumuló durante aquel largo mes de agonía, ella alcanzó a soltar un grito que no alarmó a nadie y cubrió su nariz rota con su mano.

Amantes predestinados || YoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora