Capítulo 8: "Clases de baile"

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¡Feliz Navidad! ¡Feliz año nuevo! y ¡Feliz día de los Reyes Magos!

Perdón por la tardanza, disfruten:

Capítulo 8: “Clases de baile”

Al tocar el timbre, con Thom nos dirigimos hacia la cafetería. Mis tripas rugen con el tan solo nombramiento de ‘comida’.

Agarré una charola y me dispuse a hacer fila para conseguirla. Tener a Thom atrás era muy bueno, me distraía y no tenía que pensar en los inútiles por que se apuren de una maldita vez.

Luego tuvimos que ir a buscar un lugar para sentarnos. Hubiera ido con mi hermano y los chicos, pero ver a las zorras con ellos deseché esa idea y nos fuimos a sentar a la mesa más alejada de ellos.

La cafetería era bastante grande, pero no lo suficiente como para pasar sin que te choques con nada ni nadie. Su piso era de cerámica (por supuesto) de cuadros color azul, rojo y blanco. El mismo color de las mesas y las paredes. Los cocineros tenían el típico gorrito de cocina. Eran grandes cocineros. Se notaba a mil millas que les encanta lo que hacen.

Volviendo al presente, agarré mi hamburguesa y la empecé a comer mientras de vez en cuando me metía algunas papas fritas a la boca. Thom todavía no puede creer que con este cuerpo como demasiado. En estos momentos agradezco haber nacido con el metabolismo rápido. Si no con todo lo que como sería difícil de moverme.

En un momento vi a Jess buscando algo dentro de la cafetería. Levanté la mano y la empecé a zarandear mientras gritaba su nombre y le llamaba la atención. Ella me vio y sonrió mientras se acercaba a sentarse con nosotros.

Llevaba el cabello recogido en una trenza al costado y se había maquillado un poco el rostro.

-Todavía no puedo creer que no tengas ni un gramo de más con todo lo que comes. –dijo mirándome a mí. Yo me encogí de hombros mientras observaba mi charola. Tenía tanta hambre que les pedí dos de lo mismo. Algo difícil, ya que hay que tener suficiente comida para todos. Y como las niñas pijas no hacen más que comer pasto, me dejaron llevarme otro más.- Yo si como apenas un trocito de chocolate, tendría que ir a correr como veinte cuadras seguidas para bajar el maldito gramo. –gruñó mientras revolvía su ensalada y comía un tomate.

-No es para tanto Jess. –le dijo Thom, mientras hacía una pequeña torre con sus papas fritas, intenté sacarle una pero al ver mi intención, me dio un manotazo y me fulminó con la mirada. Yo me reí en respuesta y seguí disfrutando con mi comida.

-¡¿Qué no es para tanto?!- le contestó indignada- Tu porque eres un chico. A las chicas nos preocupan mucho nuestros cuerpos. La peor manera de humillar a una mujer es burlarse sobre su peso.

-A mi ese tipo de comentarios me pasa por un oído y me sale por el otro. –Contesté- Además si el día de mañana me pongo de novia, el chico me va a tener que querer tal cual soy, así de glotona. Por cierto, estaba pensando en unirme a clases de baile, ¿Se apuntan?

-¡Me encanta la idea! –Chilló mi amiga- podríamos ir a uno que está en el centro de la ciudad. Es muy bueno.

-Yo mejor paso. –Dijo Thom- prefiero anotarme a otras clases. No lo sé ¿guitarra?

-Como gustes. –Respondí- con Jess nos anotaremos a baile. –sonreímos.

Desde que tengo memoria que me encanta todo lo que tiene que ver con el arte. Ya sea bailar, cantar, actuar o tocar cualquier instrumento. Y desde que llegué aquí no lo puse en práctica. Es mejor que empiece a hacer lo que me gusta.

***

Estaba en la clase de matemática con Jess (por suerte la última del día). La maldita profesora nos dio un examen sorpresa.

Lo típico de ella es inventar los ejercicios y problemas. Y si ella los entiende y es re fácil, para todos nosotros también nos tendría que salir. ¿Pero cómo nos va a salir si es ella quien inventa todo y no nos explica bien?

Llevaba más de quince minutos observando mi hoja leyendo y re leyendo el único problema que había que hacer. Muchos se encontraban como yo, observando como si estuviera escrito en griego antiguo. Ninguno se puede copiar por el tan solo hecho de que nadie sabe la respuesta de ese jodido problema. “Una familia tiene pensado viajar y su auto va a 100km/hs, tiene nafta para dos horas de viaje y tiene que llegar a un destino de más de 2000km/hs ¿Por qué no llevan al perro de viaje con ellos y le pegan un tiro a su vecina, la cual les robó unas pocas hojas a su planta nueva para comerlas?”

Es algo ilógico. Pero según parece ella está enojada con su vecina por robarle algunas hojas de su planta nueva. Pienso que necesita pareja urgente. Pero después pienso que el pobre hombre no duraría con ella ni dos semanas que recurriría al suicidio. Así que mejor dejémosla sola como está.

Al parecer todos nos sacaremos un jodido cero. Lo único que yo puse –como la mayoría- Fue mi nombre y la fecha, y sin más le entregué la hoja en blanco.

***

Espero a Jess a que termine de agarrar sus cosas de su casillero y nos dirigimos hacia la salida. A lo lejos veo a los chicos y noto como Zoe al verme, no desaprovecha oportunidad para colgarse de James. No caeré en eso, es bastante patético.  Lo gracioso es que él no le presta atención.

Nos subimos los tres al coche de ella. –Thom decidió acompañarnos- Por supuesto ella como conductora, yo sentada en el asiento del copiloto y él en el asiento trasero.  Y emprendimos viaje hacia el lugar que enseña baile.

Yo estaba tan emocionada en llegar. Y tardamos más o menos una hora en llegar, y eso porque Jess conduce como abuelita. Cuando ella detuvo el coche, me arrojé de él a toda prisa y acabé contra el pavimento del aparcamiento

-Azul, sé que tu vida es algo deprimente, pero el suicidio no es la solución. –Comentó Thom mientras salía tranquilamente del coche con una sonrisa divertida.

Me levanté rápidamente del suelo y lo fulminé con la mirada. Sacudí mi jean y mi remera.

-Es ahí, vamos. –Dijo una vez Jess al terminar de aparcar y  salir de su coche.

Era un lugar muy pintoresco, tenía dos pisos además un mini recorrido de escaleras al entrar. Era un lugar moderno, pero a la vez humilde.

Nos dirigimos a donde suponemos sería secretaría  y nos atendió una mujer regordeta –imagino que tendrá como unos cincuenta- Tenía dos grandes bolsas bajo sus ojos color miel y llevaba una cola alta. Y con una sonrisa que te hacía querer nunca mentirle.

Una vez que nos anotamos, salimos de allí. Tendríamos que regresar la semana próxima. Era una vez a la semana. Thom se había anotado a guitarra. Pero por desgracia no era el mismo día al que nos tocaba a nosotras.

Los pasillos tenían varios cuadros de pintura abstracta y de algunas personas.  Imagino que esas personas fueron los que pasaron por aquí. Observo a Thom observándose en un espejo que había aquí en el pasillo y con sigilo voy y lo abrazo desde atrás quedando en forma de caballito. Le sonrío y él me devuelve la sonrisa y observamos el reflejo que aquel espejo nos da.

Sentí un carraspeo y me bajé de él, Jess nos miraba con una sonrisa burlona.

-¿Vamos?

Asentimos mientras nos alejábamos del lugar y nos subíamos nuevamente a su coche.

Multimedia: Thom 

Nos leemos pronto!♥

Bel.

Dejame ser(CANCELADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora