Capítulo 2: “¡Que comience la guerra!”
Me desperté con la bella melodía que salía de mi despertador y escuchando las aves cantando.
Y sentí como una suave brisa me iluminaba el rostro diciéndome que ya es hora de levantarse.OK.
Nada de eso paso.
En realidad me levanté a las putedas porque el maldito despertador no dejaba de sonar y así que no tuve más opción y lo estrellé contra el muro.
Y para completar, la maldita ventana estaba abierta.
No se como será el despertar de ustedes, pero el mío es básicamente así.
Directamente me vuelvo vampiro.
Pero eso es solo el comienzo, no querrán molestarme en mis días.
Bueno, a lo que venía. Estaba yendo perezosamente hacia el baño a asearme.
Luego me puse un short y una remera con tachas negra que decía “Fuck You”, mis preciadas vans y bajé a desayunar.-Buen día. -dije viendo sorprendida como los cuatro estaban sentados en la mesa de la cocina, con cara de “soy un niño bueno y nunca rompí un plato”
Estos se tienen algo entre mano, lo presiento.
-Un muy buen día a mi hermosa hermana, genia, sexy. -dijo Eric mientras se acercaba a mi y me abrazaba.
-Buen día,Azul. -dijeron los demás.
-Chicos, me asustan, ¿qué pasa?
-¿Cómo que qué pasa? ¿Acaso no te podemos saludar? -dijo un nervioso Elliot.
-Eric... -lo miré con reproche.
-Enserio, ¡no pasa nada!¿Por qué no miras lo hermosa que es esta cocina? Fíjate las cosas hermosas que hay. -dijo Mike.
Hay no.
¡Lo que me faltaba!
Eso obvio que te lo iban a pedir, míralos, eres la única mujer de esta casa.
Conciencia, no me ayudas.
No planeaba hacerlo, solo te abría los ojos que por muy buenos que estén estos chicos, son todos machistas.
-¡¿Acaso ustedes se piensan que voy a ser la sirviente de ustedes o qué?! -dije exaltada- Me niego a limpiar su mugre... ¡Y ni hablar de lavar su ropa!
¡Diugh!
Uno valla a saber por dónde anduvo esa ropa...
-En realidad, solo queríamos que nos cocines una torta, Eric nos dijo que cocinas muy rico, y como nosotros somos amantes de los dulces y el chocolate, queríamos probarla, además, como bienvenida.- dijo un nervioso James.
Todos me miraban como cachorros.
-Aver si entiendo, ¿mi bienvenida sería que yo les cocine a ustedes?-dije tratando de calmarme.
Bueno, no me molesta cocinar, es algo que me encanta hacer.
-Está bien. -suspire.
-¡Gracias!-dijeron a coro y vinieron a abrazarme.
O más bien, a asfixiarme.
-Chicos, no respiro.- dije con algo de dificultad, pero seguían abrazándome como si no hubiera un mañana- Sino me sueltan, no les podré hacer la torta.
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Dejame ser(CANCELADA)
Umorismo¿Qué haces cuando ya sientes que tienes todo por perdido? Sonreírle a la vida con la nueva máscara fría que te pongas. Pero nunca jamás entregar tu corazón. El mío ya sufrió demasiado y no pienso cometer el mismo error dos veces. Mis padres con escu...