Siempre te veo, sin poder evitarlo mis ojos te buscan. Antes podía asociarlo con la casualidad, a que estábamos en un pueblo pequeño, en donde sin importar donde viera, tu estarías.
Pero ya no puedo hacerlo, y es porque me he dado cuenta que no puedo seguir mintiéndome con eso.
Sí, te siguen y aunque es molesto, porque se supone que puedo controlar mi cuerpo, no lo hago. Y es extraño, porque el resto de horas lo controlo, es mío. Pero cuando tú llegas...deja de serlo.
Mi mente se desconecta de todo, y te presta atención a ti. Mis ojos dejan de leer y empiezan a recorrerte. Mi memoria me falla y en lugar de recordar los ejercicios, memorizan tu sonrisa.
Todo, absolutamente todo está mal cuando estás cerca.
Huyo, créeme. He tratado de correr e ir lo más lejos de ti, pero por alguna razón mientras más lejos creo que estoy, más cerca de ti me encuentro.
(...)
Así que no me sorprende verte detrás de un árbol mientras ríes luego de haber hecho aquella travesura. No me sorprende ver como logras que él te haga caso a tus descabelladas ideas.
Y menos que detrás de ellos vayas como espectadora.
Te observo hasta que te vas, hasta que la puerta se cierra detrás de ti. Lo siento, no puedo evitarlo, no puedo dejar de verte.
Incluso cuando tú crees que no, lo hago, te veo.
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¿Apuestas?
Romance¿Quién no conocía a la deslumbrante, rica, guapa-¿ya dije deslumbrante?-Verónica Bowen? Aquella consentida, superficial y frívola que ocupaba el puesto de antagonista para Abigail. Por los rumores y ciertas actitudes suyas, Verónica en una época fue...