¿Una canción?
Gregory
"Siempre sonríe, sé amable y ayuda a los demás. Recoge sus cuadernos, enséñales lo que sabes y apóyalos. Da cariño hacia ellos, pero no olvides ser precavido, recuerda guardar tu corazón para ti también.
Sé un buen amigo, así ellos no lo sean contigo.
Y siempre saluda, agradece y despídete. Nadie viene porque sí, tampoco te enseña porque debe, y menos se va porque quiere. Puede que algunos sí, pero no todos son así"
Todo eso me decía mi mamá de niño cuando me golpeaba con otros niños.
-¡Pero ellos sí lo son!-le gritaba molesto.
Y ella al contrario de verme mal o regañarme, sonreía y acariciaba mi mejilla.
-Pero tú no eres ellos. No los ignores, pero tampoco respondas a sus palabras con golpes.
-¿Y qué debo hacer? ¿Ver cómo se burlan de mí y de los demás?
-No, pero tú puedes demostrarles que eres mejor. Si quieres el cambio, empieza por cambiar tu primero. No puedes decirles que te respeten, si tú no los respetas. Y no me digas que no Gregory, te conozco-sonrió y apretó mi nariz-¡Eres mi hijo! Así que déjales que presuman de su dinero, de su familia, de lo que quieran. Al final no importa cuánto dinero tengan, los sentimientos de amor, la bondad, amabilidad y respeto no se compran.
-Pero si compran el resto, incluso a las personas.
Su sonrisa tambaleó y por segundos pareció perderse entre recuerdos. Me arrepentí al instante de mis palabras. Mamá siempre era una persona muy sonriente, feliz y cuando pronuncie aquellas palabras, parecía herida.
-Lo siento-murmuré cuando no dijo más.
Negó la cabeza y me abrazó.
-No siempre podré defender al mundo, pero si a quienes conozco. Y yo te conozco. Naciste hace siete años, un siete de enero-besó mi cabeza-Viniste de manera inesperada y amo que haya sido así. Nunca cambiaría eso.
-¿Jamás?
Su mirada no dudó ni un segundo.
-Jamás.
Esa conversación nunca pude olvidarla. No sé si porque de verdad decidí seguir sus palabras, o por su mirada.
Porque decidí ser lo mejor por ella, así me enojara lo que viera. Pero no siempre me salen las cosas bien. Hay algo que no he podido controlar, y creo que no seré el único.
Deje que hablaran mal de mí, de mi origen pero jamás de quienes me importan. Podían reírse, robarme los cuadernos y botarme la mochila. Pero yo los recogía con una sonrisa y los dejaba solos.
Una niña fue la primera en ayudarme a recoger mis cuadernos una ocasión y preguntarme porque dejaba que lo hicieran. Solo recuerdo sonreír y decirle que era por una promesa. Y lo era, una a mí mismo-pero eso no se lo dije.
Desde entonces Hilary River se volvió mi mejor amiga.
Ella y mi madre son las mujeres que más quiero y en las que más confío. Jamás duraría de ellas. Una me ayudo a crecer, y la otra, creció conmigo.
Por eso me molestó cuando en clase una chica se acercó y le pregunto si estaba bien.
-¿Te paso algo?-pregunté confundido, no me había dicho nada.
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¿Apuestas?
Romansa¿Quién no conocía a la deslumbrante, rica, guapa-¿ya dije deslumbrante?-Verónica Bowen? Aquella consentida, superficial y frívola que ocupaba el puesto de antagonista para Abigail. Por los rumores y ciertas actitudes suyas, Verónica en una época fue...