Ha pasado tanto tiempo desde que he escrito algo y no es por haber perdido el sentido.
Es porque no sabía qué escribir.
Viejo, sé que me dijiste que odias ese apodo pero mientes, no lo odias, no me dejarías llamarte todos estos años así sin razón. Pero eso no es lo que quería decir.
Es que, si bien trate de seguir tu consejo, y hasta hace meses me ha funcionado, después no, porque no he tenido ideas de que plasmar.
No estaba solamente confundido, es más que eso.
¿Abrumado? No, no lo siento de ese modo.
Lo sé, sé que para este punto seguro quieres que aclare las cosas, con tu poca paciencia no me sorprendería que te exasperaras.
Bien, tengo algo claro.
Me gusta verla, lo acepto. Es preciosa, ¿cómo podría no querer verla?
Pero más que su imagen, es la manera en la que parece poner todo de cabeza en menos de un segundo. Sus comentarios listillos, sonrisas y la mirada suave, todo ello junto con sus actos impulsivos y ceño fruncido, además de su coqueteo para nada discreto hacia mí. Sí, eso me tiene cautivado.
Es gracioso, es lo opuesto a todo lo que imagine que me atraería.
Se siente fresco, nuevo y para nada monótono.
Ella de alguna manera me tiene, como sabías decirlo, y eso es algo preocupante.
Aún no olvido, regáñame por eso, pero antes también seré sincero, y es que, cuando ella está a mi lado, el pasado es lo último que puede estar en mi mente, excepto cuando estuve en los barrios bajos, fue inevitable.
No preguntes la razón de volver a ese lugar, solo paso.
Pero eso me hace creer, no sé si ingenuamente o con base, que tal vez, solo tal vez, pueda intentarlo.
Corrijo, quiero intentarlo.
Quiero...intentarlo con Bowen.
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¿Apuestas?
Romansa¿Quién no conocía a la deslumbrante, rica, guapa-¿ya dije deslumbrante?-Verónica Bowen? Aquella consentida, superficial y frívola que ocupaba el puesto de antagonista para Abigail. Por los rumores y ciertas actitudes suyas, Verónica en una época fue...