Capítulo 8 "¿Qué fue lo que paso?"

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¿Qué fue lo que paso?


El timbre de la salida suena y con ello el nudo en mi estómago crece. No sé qué sucede pero me siento rara, como si algo fuera a pasar. Es extraño, pero creo que por lo menos una vez le ha sucedido esto a las personas.

Lo siento de manera tan fuerte que me desconcierta.

Mientras guardo las cosas en el casillero veo a Darwin y Alan de lejos conversando con Abigail. Ellos no me notan y antes de que lo hagan retrocedo y voy por la enfermería.

Cruzo la puerta y miro a los lados. Mi estómago me mata, hace que mi cuerpo se vuelva ansioso y torpe. ¿Qué mierda me sucede? Aprieto el tirante de la mochila y camino viendo a los lados.

Llego al jardín y me acerco al árbol que me subí cuando huía del profesor. Lo topo y frunzo el ceño.

-¿Qué se supone que estoy haciendo?-me pregunto extrañada.

¿Por qué vine aquí? ¿Qué es lo que siento? ¿Presentimiento? ¿Nervios? ¿Locura? Sí, tal vez sea eso. Estoy enloqueciendo y listo. Además nunca es que he sido muy cuerda que digamos.

Me doy la vuelta para irme cuando oigo voces y retrocedo escondiéndome detrás del árbol. ¿Por qué lo hago? Ni una idea, pero a este paso ya no quiero pensarlo a fondo.

Solo me quedo escuchando como pasos apresurados y risas entran al jardín.

-¿Qué paso Clark?-le grita una chica y se ríe-¿Por qué te vas tan rápido?

-Sí, Elena. La comida no se irá a ningún lado ¿sabes?-sueltan risas-Aunque al verte seguro ganas no les falta.

Hay más carcajadas y molestas voces que solo hacen de irritarme. Viro la cabeza y veo a la chica gordita "suplente" siendo rodeada por varias chicas de ¿primero?

Parpadeo desconcertada.

No había duda. Aquellas mocosas que estaban burlándose de la chica eran dos de las trillizas. Y el chico que veía desde atrás era el novio de una de ellas. A mí no me iban a vender el cuento de que era su mejor amigo.

Yo los había visto y ellos no se miran como amigos. No señor. Además mejores amigos que se aman...hay pocos y nop, ellos no pertenecían a ese grupo. Esas miradas cómplices y dulces entre ellos no se pasaban desapercibidas para mí.

Pero por muy dulces que fueran entre ellos, lo que estaban haciendo ahora no lo era.

-¿Acabaron?-pregunta la chica molesta-¿O tienen algo más que decir sobre mi peso? Apúrense, porque al contrario suyo, yo si tengo una vida ocupada como para molestar al resto.

Ambas aprietan los labios y la miran mal. Ja, justo en su doble cara-literalmente ya que están dos de las trillizas.

-Sí, creo que es muy ocupada. Como el espacio reducido que dejas cuando entras a un lugar.

-Bien, gracias por notarlo. Que tengan buen día...debo irme.

Sonrío viendo como ella les ha cortado el rollo pero frunzo el ceño cuando una de ellas le toma del brazo y la retiene.

-Tú no te vas hasta que yo te lo diga-gruñe-Y si yo quiero que saltes en un pie lo debes hacer.

-No soy tu sirvienta.

-Pero tu madre sí.

-Es temporal, solo hasta que encuentre un trabajo. Luego...

-¿Luego qué?-se ríe-Tú madre no sabe hacer nada, es por eso que nadie la contrata. Es inútil, como tú.

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