Siempre he sabido que tienes un pésimo carácter, que explotas con facilidad y que tiendes a apretar las manos cuando te exasperan.
También que hablas de más y a veces creo que tú mismo odias eso.
Algunas veces es divertido, en otras incómodo.
Que gritas aun cuando podrías expresarte mejor sin hacerlo. Tal vez es para llamar la atención o es una costumbre tuya.
Recuerdo que lo sabías hacer incluso cuando éramos niños y te enfrentaba cuando me espiabas. Abrías los ojos para luego gritar cuando te quedabas sin respuestas.
Te vi exasperada, nerviosa y hasta derrotada. Pero jamás ansiosa. Tal vez por eso confíe en ti. Pero ahora dudo. No debí dejarte ir, o tal vez debí pedir ir contigo.
Por qué ¿quién sabe si mentiste?
No debería confiar en ti.
Pero por alguna razón-que carece de lógica alguna-lo hago.
Estoy volviéndome loco.
O el estrés que tengo al verte hace que crea que lo estoy. Me molesta como ves todo a la ligera, como el resto del mundo parece tener poco valor.
Porque es egoísta.
Y entonces me siento peor.
Porque yo quisiera serlo contigo. Tal vez no de esa manera rara posesiva, pero si quisiera otra cosa. Olvídalo, ni sé que estoy escribiendo.
Tal vez...
No, no lo sé.
Al final después de darle vueltas, he respondido por qué. ¿Quieres saberlo?
Porque el resto del mundo tiene poco valor cuando te veo.
El resto no tiene importancia leerlo.
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P.D. Las palabras tachadas son las que el escritor@ tacho al escribirlas también jaja.
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¿Apuestas?
Romance¿Quién no conocía a la deslumbrante, rica, guapa-¿ya dije deslumbrante?-Verónica Bowen? Aquella consentida, superficial y frívola que ocupaba el puesto de antagonista para Abigail. Por los rumores y ciertas actitudes suyas, Verónica en una época fue...