C20: Un libro abierto.

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—¡Leire!—exclama mi pequeño demonio castaño apenas su madre abre la puerta de la casa

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—¡Leire!—exclama mi pequeño demonio castaño apenas su madre abre la puerta de la casa. Inspiro con fuerza y correspondo su fuerte abrazo dejando un beso sobre su cabeza.

—Hola, Alex.—murmuro.—¿Cómo estás?—cuestiono y ella me ofrece una amplia sonrisa.

—Bien.—responde.—¿Por qué ya no habías venido a visitarnos?—cuestiona enarcando una de sus finas cejas.

—Tenía mucho trabajo.—inquiero ofreciéndole una pequeña sonrisa.—Pero en serio me da mucho gusto verte. Estás más grande que hace un par de semanas...y más linda.—agrego y puedo notar el ligero sonrojo que hay en sus mejillas.

—Tú también estás muy linda, Lei.—anuncia con su voz de niña y otra sonrisa aparece en mis labios. Dejo otro beso sobre su cabeza y llevo mi atención a su madre que me observa fijamente con una pequeña sonrisa tirando de la comisura de sus labios.—Hola...—saludo sintiéndome presa de los nervios y ella me ofrece un pequeño asentimiento de cabeza.

—Hola, Leire.—responde.—Zabdiel está en su habitación.

—Gracias.—murmuro sin dejar de mirarla.

—¿Vas a jugar conmigo a las muñecas, Leire?—cuestiona Alex.

—Alexandra.—replica su madre.

—Oh, claro que me encantaría.—inquiero de inmediato.—Pero en este momento no puedo, amor. Tengo que hablar con Zab...tal vez después puedas venir a casa o yo puedo venir a visitarte, claro...si tu mamá lo permite...

—Claro que puedes venir cuando tú quieras, Leire.—me dice la mujer sin dejar de mirarme.—Esta siempre va ser tu casa.

—Gracias.

—¿Puedo ir contigo a la habitación de Zab?

—¡No!—exclama su madre de inmediato.—Claro que no puedes ir a la habitación de Zabdiel con Leire. En este momento, señorita...iremos a tu habitación y harás tu tarea.

—Pero mamá...—murmura afligida.

—Lo digo de verdad, Alexandra De Jesús...

—¿Te quedarás a comer con nosotros, Lei?—cuestiona la niña de nueva cuenta.

—No lo creo, amor.—murmuro ofreciéndole una amplia sonrisa.—Yo...con permiso.—anuncio antes de comenzar a caminar en dirección a la habitación de Zabdiel.

Arrastro mis pies por las escaleras de manera lenta hasta que llego finalmente al piso superior. Mi corazón deja de latir un breve segundo, dejó escapar el aire de mis pulmones tratando de que mis pensamientos se aclaren, de que los latidos de mi corazón vuelvan a su ritmo normal y que todo el valor que reuní de camino acá siga intacto.

Cuando finalmente llego hasta la puerta de la habitación de Zabdiel me detengo de golpe. Hago apretados puños mis manos y golpeo suavemente.

—No ahora, por favor...—inquiere él con voz amortiguada. Mi corazón se acelera una vez y la empujo lentamente hasta que se abre.—Mamá, te dije que...

DIEZ RAZONES PARA ESTAR A TU LADO(DRPNA #2)|Zabdiel De Jesús (COMPLETA).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora