—¿Qué es lo que pasa?—cuestiona Zabdiel cuando detengo mis pasos en el umbral de la cocina. Lo observo un momento y él me ofrece una amplia sonrisa.
—Nada en especial.—respondo encogiéndome de hombro.
—¿Entonces por qué estás mirándome de ese modo?—quiere saber.
—No es que esté mirándote de ningún modo ¿sabes?—murmuro.—simplemente que es un poco increíble que estés aquí.—me rio.—No me puedo terminar de creer que en serio esto esté pasando, que esto sea real y que después de varias semanas estemos juntos de nueva cuenta.-Zabdiel se ríe en voz baja. Coloca cuidadosamente el vaso de cristal que está sosteniendo entre sus manos sobre la encima de mármol de la cocina y camina con pasos lentos hasta mí.
Le sonrió cuando apoya sus brazos sobre la pared y mi cuerpo queda atrapado entre la pared y su cuerpo. Sus ojos están fijos en los míos y una pequeña sonrisa se forma en su boca antes de que una nuestros labios en un beso. Un beso que siento la forma en la que va aumentando de velocidad y con cada segundo que pasa también puedo darme cuenta que mi cuerpo está comenzando a reaccionar de manera desenfrenada.
No sería la primera vez que hacemos esto. Zabdiel y yo hemos estado juntos una infinidad de veces pero esta sería especial.
—Te amo.—murmura sobre mis labios.
—También te amo—repito pasando mis brazos por detrás de su cuello para que no se aleje de mí.
—¿De verdad quieres hacer esto justo ahora?—cuestiona.
—¿Qué me hagas el amor?—pregunto.—Puf, sí. Obviamente que si.—respondo haciéndolo reír.
—Ven aquí.—murmura antes de elevarme unos centímetros del suelo. Envuelvo mis piernas alrededor de su cintura y un gemido escapa de mis labios cuando siento su miembro presionando sobre mi ropa justo en mi entrada.
Zabdiel me lleva a la habitación y me coloca sobre la cama con cuidado antes de mirarme con una sonrisa en los labios. La misma sonrisa que yo le correspondo de manera inmediata. Me siento sobre el filo del colchón y comienzo deshaciéndome lentamente de su camiseta de mangas largas que rápidamente queda en el olvido. Admiro un momento su torso desnudo y el recuerdo de la primera vez que lo vi semi desnudo en los vestidores de la universidad llega a mi memoria. Me rio por el Dejavu que estoy teniendo y Zabdiel parece comprenderlo porque se une a mi risa.
Él se deshace de mi blusa con lentitud y acaricia mi cuerpo con extrema delicadeza que hace que mi piel se estremezca por completo. Siento un montón de mariposas revoloteando en mi estómago y pero él sigue con su labor hasta que ambos nos encontramos completamente desnudos.
Zabdiel recorre mi cuerpo con sus manos para darle paso a su boca y cuando juguetea un poco con mis pechos succionando mis pezones y mordiéndolos débilmente todo lo que soy capaz de hacer es jadear en voz alta por tanto placer. Baja sus manos por mi cintura y luego juega con mi sexo torturándome con cada caricia que me proporciona con sus dedos pero no me importa. Quiero más. Sus ojos me miran fijamente por largos minutos antes de ofrecerme una amplia sonrisa.
—Déjame entrar.—susurra y lo hago de inmediato. Separo mis piernas y él entra en mí de una sola estocada antes de comenzar con un lento vaivén en el que me hace sentirme en la luna. Mis músculos interiores se estiran dándole la bienvenida mientras se desliza dentro de mi lentamente y tan profundo hasta que es imposible que siga avanzando. Su pelvis está rozando la mía y es cuando me doy cuenta que está completamente dentro mío. Lo siento. Se queda quieto un momento y luego sigue con lo suyo. Levanto un poco la cabeza solo para ver como su miembro se hunde en mi interior, retrocede un poco y se vuelve a perder dentro de mí y mi estómago se contrae por la vista que tengo.—Dios mío...extrañaba esto.—susurra sin dejar de penetrarme con lentitud.
ESTÁS LEYENDO
DIEZ RAZONES PARA ESTAR A TU LADO(DRPNA #2)|Zabdiel De Jesús (COMPLETA).
FanfictionLIBRO UNO; DIEZ RAZONES PARA NO AMARTE. LIBRO DOS; DIEZ RAZONES PARA ESTAR A TU LADO.