—Si tú me dejas puedo ir y darle una bofetada que lo haga ver estrellitas de colores y que lo haga reflexionar.—anuncia Selina dejando escapar un largo suspiro.La miro un momento y niego de inmediato.—No es necesario…
—Leire…—comienza.—Es que no me gusta verte así…
—¿Sabes algo? Soy bastante idiota.—decide.
—No, no lo eres.—murmura.
—Sí. Si lo soy por no darme cuenta de la estupidez que estaba haciendo…
—Bueno…en tu defensa, a veces eres bastante idiota pero eso no quiere decir realmente que seas una idiota…—hace una pausa.—Bien…algunas veces sí pero…no es razón aparente para recalcarlo o algo parecido. ¿Lo sabes, verdad?
—Supongo.—inquiero en un hilo de voz.
—Escucha solo tienes que tener un poco de paciencia con Zabdiel.—hace una pausa.—Dale un poco de tiempo para que procese todo lo que pasó y habla con él cuando el partido termine. Zabdiel no te terminó y esa es una gran ganancia ¿no crees?
—¿Estás tratando de darme ánimo?—le pregunto y ella se ríe.
—Si.—asiente.
—Pues no estás lográndolo.
—Solo deja que el tiempo pase.—responde.—Deja que Zabdiel aclare sus pensamientos y ya una vez que las cosas se enfríen un poco entre ustedes háblenlo. Zabdiel te ama. ¿Lo recuerdas, verdad?
—Si…
El sonido de mi celular anunciando una llamada se hace presente. Lo tomo con rapidez teniendo la pequeña esperanza de que se trate de Zabdiel pero cuando finalmente soy capaz de ver la pantalla dejo escapar un pequeño suspiro.
—¿No vas a responder?—cuestiona Selina.
—No.—respondo de inmediato.—Lo único que quiero en este momento es subir a mi habitación, recostarme en mi cama y llorar.—le cuento y ella niega lentamente.
—¿Sabes que es algo realmente impactante?—niego.—Verte a ti siendo esta Leire…
—¿Qué?
—Es que siempre fuiste el tipo de chica fuerte que hacía todo lo que querías…ya sabes, hasta odiabas a los futbolistas de la universidad y a todo su club de fans porque no comprendías que era lo que les veían.—hace una pausa.—Y terminaste siendo la novia del capitán del equipo…
—Y mira como terminé…
—No has terminado mal, Leire.—anuncia de inmediato.—Solo tienes una crisis de pareja y eso es lo más normal del mundo. ¿Sabes cuantas crisis de pareja hemos tenido Christopher y yo?—me pregunta.—Y el amor que sentimos el uno por el otro es mucho más grande que todos los problemas que hemos tenido.
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DIEZ RAZONES PARA ESTAR A TU LADO(DRPNA #2)|Zabdiel De Jesús (COMPLETA).
أدب الهواةLIBRO UNO; DIEZ RAZONES PARA NO AMARTE. LIBRO DOS; DIEZ RAZONES PARA ESTAR A TU LADO.