—¿Quién necesita un jodido Pulitzer?—cuestiona Leire de repente.Mis ojos la miran un momento, frunzo mis cejas y niego lentamente.—¿De qué estás hablando…?—pregunto en voz baja.
—De que las ganas que tengo de tomar mi ropa y subir a un jodido avión son más fuertes que las ganas que tengo de ganar un jodido premio.—anuncia.
Dejo salir el aire de mis pulmones, ella también suspirar y se acerca a mí con pasos lentos. Se siente a horcajadas sobre mí y deja un beso sobre mis labios.—¿Estás hablando en serio?—pregunto.
—Zabdiel…
—Escúchame.—le pido tratando de guardar la compostura pero el hecho de tenerla sentada sobre mí me hace perder el hilo de mis pensamientos. Los ojos de Leire me miran fijamente por lacónicos segundos esperando a que continúe. Me aclaro la garganta y niego un poco.—No puedes dejar botado todo esto…
—¿Por qué no?—quiere saber.
—Mi amor…no estás hablando en serio, ¿verdad?—hago una pausa.—Lei…has trabajado demasiado para esto. Has pasado semanas enteras trabajando en esto y el hecho de que la academia esté considerándote para que lo lleves a casa es algo grande.—hago una pausa.—Es algo realmente increíble y es algo que sin duda mereces más que nadie…porque todos hemos visto la manera en la que te has esforzado para esto. Todos hemos visto la manera en la que has trabajado para esto. Y cuando lo hagas y lo leves a casa tu padre estará todavía más orgullo de lo que ya está de ti…
—A veces tengo ganas de que todo esto termine de una jodida vez ¿sabes?—murmura sin dejar de mirarme.—Solo quiero ir a casa y volver a ser la misma Leire de siempre, no la Leire que compite por un jodido premio. Simplemente la Leire a la que le gusta sentarse en el patio trasero de su casa en la silla mecedora de su madre y le gusta comer helado de chocolate…
—Puedes seguir haciendo todo eso, mi amor.—susurro dejando otro pequeño beso sobre sus labios.
—Prométeme una cosa, Zabdiel…—me pide y yo asiento de inmediato.—Prométeme que pase lo que pase con ese jodido Pulitzer tú vas a seguir queriéndome. Lo gane o no…
—¿Estás bromeando conmigo, verdad?—cuestiono acunando su rostro en mis manos.—El amor que yo siento por tí no se modificará ni cambiará si ganas ese premio o no. Por el amor de Dios, Leire…te amé antes de eso y no tiene por qué cambiar sea cual sea el resultado de esos premios…—inquiero lentamente.—Además…vas a casarte conmigo, mi vida…vas a ser mi esposa y eso debería de ser suficiente para que no te quepa ni la menor duda de que eres el amor de mi vida y de que nada de lo que pase después de los premios cambiará la manera en la que te amo, la manera en la que pienso o la manera en la que te veo.—hago una pausa.—si ganas estaré condenadamente orgulloso de ti, igual que como ahora y si no lo haces; entonces yo mismo iré a tu casa y llevaré una enorme tina de helado de chocolate y ambos nos sentaremos en el patio trasero a comerlo. ¿Estamos?
Se ríe en voz baja y asiente lentamente.—Estamos.
—Entonces, señorita Leire Durant. No puedes si quiera pensaren la ida de renunciar a algo por lo que has trabajo tanto…demuéstrale al mundo entero que puedes hacerlo pero lo más importante; demuéstrate a ti misma que todo este esfuerzo que estás haciendo valió la pena…
—¿Ves porque te amo con toda mi alma?—cuestiona volviendo a besarme.—Te amo porque siempre sabes que decir, Zabdiel…siempre sabes que decirme para hacerme sentir mejor…
—Bueno…no siempre pero cuando se trata de ti hago mi mayor esfuerzo.—respondo encogiéndome de hombros y ella se ríe.—Y mañana cuando tenga que volver a Miami tú te vas a quedar aquí y seguirás concentrada en tu trabajo… ¿de acuerdo?—asiente lentamente.—el tiempo que extremos separados se pasará demasiado rápido, Lei…lo prometo…pasará tan rápido que ni siquiera lo sentirás…
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DIEZ RAZONES PARA ESTAR A TU LADO(DRPNA #2)|Zabdiel De Jesús (COMPLETA).
FanfictionLIBRO UNO; DIEZ RAZONES PARA NO AMARTE. LIBRO DOS; DIEZ RAZONES PARA ESTAR A TU LADO.