Doloroso

892 100 5
                                    

El príncipe elfo se paseaba por los pasillos de su castillo, era uno de esos días en los cuales sus deberes no lo ahogaban hasta dormirlo.

Su padre de seguro andaba buscándolo, estresado por tener un hijo tan escurridizo y conteston, pues si, Kyle no estaba de acuerdo con las reglas establecidas en piedra por sus antepasados.

¿Buscarle una esposa?

Era como si su madre hubiera sido obligada a casarse con su padre, y él sabía que aquello no era cierto, pues su madre en su adolescencia hace algunos cientos de años pasaba la seguridad del reino solo para llevar alguna que otra sorpresa al futuro heredero de ese entonces, pero al momento que su padre la eligió, ella pudo entrar y salir a su antojo, sin temor a morir a manos de las armas.

Aún recuerda esa vez cuando pudo salir con su madre a visitar el pueblo y él aún era un pequeño que caminaba de la mano de su progenitora, con su corta edad pudo verla sin aquellos vestidos de seda complicados o pedrería, solo poseía un vestido simple y su corona, las puertas del castillo se abrieron con un ruido de profundidad, siendo recibidos por un sendero de soldados en cada metro y en dos filas rectas, dándole una forma segura para ingresar, Sheila animosa por su bello hijo, camino serena y orgullosa, todos los soldados se agacharon, mostrando respeto.

Ese es el poder que tienen los reyes, devoción absoluta.

Supo que tenía un poder en sus manos cuando él entró, luego de ir a alguna reunión con los otros reinos y escaparse con Eric por algunas horas, llegó y fue recibido de la misma forma, los soldados hicieron lo mismo, el orgullo de su sangre le permitió caminar sereno hasta escuchar las grandes puertas cerrarse, ya era un hombre para su pueblo.

—¡Vamos Kyle! — Cartman era un heredero, como él, tenían aproximadamente la misma edad, o al menos eso parecía, los elfos envejecian con la naturaleza, mientras los humanos se levantaban en un reinado y caían al inicio de otro, ellos solo los veían ir, 5000 años pudieron pasar y para ellos solo serían despertares, tal vez.

Y aún puede recordar su voz.

Pero la diferencia entre ellos, aparte de lo físico era que Eric Cartman, heredero del reino de los humanos, desapareció una noche, rumorean que se unió a un grupo de fuerzas ocultas, que volvería para derrotar a cada rey existente ya que sus ansias de poder eran mayores a cualquier conquistador, se burlaba de aquellas mentiras, él conocia al gordo, sabía cómo era, no sería capaz de dañarlos, tal vez si era un poco malvado de vez en cuando pero era solo un niño infantil.

¿Verdad?

Kyle quisiera hablar y callar esos rumores contando la última ocasión en la que pudo verlo, sentirlo.

Y como si sus pensamientos fueran deseos, regresó a aquel lago donde su despedida fue efímera cual miel en té.

Solo un "Quédate un ratito más" lo tenía atado en el tiempo.

—Mi madre me matará si no voy en este instante —Tenía el borde de su ropa embarrada y sucia, su corona estaba en las manos del castaño, que la miraba con tristeza —Pero podemos vernos otro día, envía un mensajero y sabes que vendré. —Intentó animarlo.

—Kahl... —Agarró el borde de su costura cuando este amenazaba con irse del bosque—Quédate.

—Eric no puedo, ya es muy tarde, las luciérnagas ya han salido y avisaran que estoy aquí —Intentó tomar su mano, se sentó a su lado —¿Puedo irme?

—Serás rey algún día —La luna salió sin avisar.

—Sí, papá presume de eso casi siempre —No quería tener una discusión en ese momento, habían pasado una tarde agradable.

—Y yo también seré rey algún día.

—Un rey muy obeso sí sigues comiendo las tartas de la princesa Kenny —Ríe, el otro no —Seremos reyes buenos sí es lo que te preocupa.

—Te casaras con una princesa de algún reino vecino —No entendía su punto —Y tendrás feos bebés pelirrojos —la mano de Cartman se alejó de la mano blanca del elfo, pero no le dejó irse, aseguró su agarré con miedo—Y tendrás que seguir tu camino y yo... quedaré como el tío de tus bebés feos.

—Supongo que... —y algo se conectó en su mente, sus mejillas se calentaron y un impulso nació, las flores a su alrededor florecieron en una explosión invisible.  —¿Entonces es eso?

—¿Eso que? —Y el ambiente se rompió, Cartman lo veía con unos ojos desinteresados, como si aquello que lo atormetara hubiera sido aceptado después de dolorosas lágrimas.

—¿No quieres que me casé?

—Quiero que te cases conmigo —Confesó volteando su mirada.

—Yo...—En su mente apareció su pueblo, su corta vida pasó frente a sus ojos y sintió su pecho crecer —No puedo prometerte nada.

—Ya lo sé — bufó tocando su cabello castaño con la mano libre— lo sé y eso me hace sentir mal.

—Pero...—Se levantó, jalando a su compañero para estar de pie, quería acabar esa noche bien, felices, con mentiras que no importarian al crecer —Podría esperar...—Le dolió —a que seamos reyes— volvió a mentir.

—¡Podremos cambiar las reglas! —El humano recuperó aquel brillo singular —¡Podríamos joder a todos y a nadie le importaría!

—¡Y seremos solo nosotros!

—¡Claro! —Ambos de pie, sujetando sus manos y sonriendo esperanzados

Se besaron sin saber que hacer realmente, solo fue un toque suave, y el príncipe elfo se fue, pensando en un futuro lejano junto a su primer amor.*




Lejano.



¿Dónde estaría Eric?




Lo perdió sin saberlo, solo desea poder verlo una vez más antes de que su mano sea enlazada con la de alguien más.

_____________

¡Espero les haya gustado!

*todo lo que está "centrado" Es un flashback JAJA

No sé si podré seguir publicando en los siguientes días pero gracias por acompañarme en este bello libro.

¡No es un adiós, solo un hasta luego!

Recuerden votar y comentar, les quiero.

Pandioso234

Schnuckelchen [Kyman Drabbles]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora