Schnuckelchen [Kyman Drabbles]

No me gustas [5]

Sus piernas casi lo abandonan cuando giro en aquella esquina, el retorno a South Park fue de algunas horas, lo supo pues se había dormido en algún momento, mientras pensaba que decir al ver al estúpido chico que lo había vuelto tan débil.

La nieve siempre le agradó, le hacia sentir especial, por que América casi el único país que lo tenía, auqnue obviamente América tenía todo, se acordó de la voz de Kyle enseñandole que no todo era su país de origen, que existían más, muchos más paises diversos y hermosos, su mente colapsó, se burló del judío y se fue, pero este no se negó a seguirle enseñando historia.

La nieve siempre le agradó, pero ahora la sentía tan ajena a él, sentía que aquella escena, aquella decisión, de ir a buscar a Kyle, la había tomado hace tiempo, en un tiempo más lejano, su corazón latía tan rápido que pensó en abandonar todo, un primer paso enfrente de esa casa no le permitió ser más cobarde.

Sentía su estómago revolverse ante tus inseguridades, sollozaba un poco pensando en un inminente "no" mientras mira aquella ventana cubierta por nieve, suspira y su aliento crea un poco de vapor.

¿Qué hora sería? Tarde de seguro.

Subió por el árbol hasta una rama lo suficientemente fuerte para sostenerte, a pesar que iniciaste a hacer ejercicio al entrar a la secundaria, sigues con tus miedos, inmaduro creíste.

Abres la ventana y entras con cuidado, tanto tiempo haciendo eso te volvió un experto en ser sutil, callado y perfeccionista.

Tus lágrimas nacieron sin que te des cuenta, pero se detienen al verlo dormido, su respiración tiene mucha diferencia con la tuya, toda alborotada, la de él es calmada, deseas verlo toda la vida.

Pero no viniste para eso, tal vez otro día...

Dejas tú mochila amarilla a un lado de su mesa de noche, te quitas tu polera de años, rojiza como tus ojos y a pasos lentos te adentras a sus sábanas, sintiendo su aroma invadirte, maldices tu piel fría por el ambiente nevado en el cual vives.

Se mueve un poco, no te importa, tú estás en un lado, no te acercas, mantienes tu distancia a través de las sábanas, cierras los ojos luego de un rato, no importó que un suspiro saliera de sus labios, no abriste los ojos para nada.

Pasaron minutos, su brazo te cubrió y respiraste al fin, te apretó contra él, firme, suave.

-Hey -Le dices, su pierna se enreda con la tuya, solo puedes ver cuello blanquecino.

-Hey- Alarga la "y", sientes como sonríe, sus latidos son rápidos, tal vez crea que es un sueño.

-¿Te gusto? -Preguntas mirando su pecho.

-No.-Te respondió, abrazandote más fuerte -No me gustas.

Quedan en silencio, tus ojos cristalinos se rompen y te aferras a él, empieza una caricia en tu cabello, te sientes caer.

Te estás mostrando tal y como eres ante él, con cada defecto y orgullo, con cada trauma y recuerdos felices.

Se siente en paz, una paz falsa, sus pensamientos negativos lo rodean como cada noche, su cabello sigue siendo acariciado, sus párpados caen.

-¿Quieres comer algo? -El castaño se despierta.

-Es tarde -Susurras, pero mierda, tu ansiedad está a niveles que no sospechabas, comerias todo KFC.

-Sí... ¿Quieres o no, culo gordo? -Se demoran en separarse pero lo hacen, agarra su billetera, una polera y zapatillas de deporte, Kyle definitivamente no tiene sentido de la moda, pero oh, como hacia que el corazón de Cartman latiera con rapidez.