Capítulo II- ¡Que comience la fiesta!

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Brooke se sentía un poco nerviosa por todo ese asunto de la fiesta, ya sabía que se pondría para lucir despampanante, además de que no tendría que preocuparse por regresar temprano a casa pero había una sensación en el pecho que no la dejaba tranquila.- Sería la emoción- Pensó varias veces tratando de trasmitir alivio.

Habían llegado a casa de Isabela después de que ésta la recogiera, bueno, más bien a la casa de su tía Clara, que parecía un fantasma por que la mayoría del tiempo estaba ausente, salía con distintos hombres cada cierto tiempo. Ya era como una rutina. Brooke ya sabía dónde instalarse.

La habitación de Isabela era única, no había una más espectacular. Además de ser muy amplia, podía expandirse mucho más al abrir una puerta corrediza que daba al cuarto de huéspedes con el mismo decorado para que no desentonara,  así no estarían separadas durante la noche y podrían pintarse las uñas, comer bocadillos y ver algunas películas de romance.

A pesar de querer hacer varias cosas esa noche y celebrar por estar juntas después de tantos años sin tener una noche de “chicas” debido sus constantes horarios ocupados y el recelo de la madre de Brooke, durmieron temprano por que la mañana siguiente tenían una sesión fotográfica en el set de la agencia.

Al pasar de la noche y dar el tiempo de marcharse, tomaron en una maleta las cosas que necesitarían; maquillaje, accesorios y vestimenta de todo tipo para salir como rayo de la enorme casa blanca cubierta de enredaderas por todo el jardín. Llegaron al set y todo salió de maravilla, solo que la sesión duró un poco más de lo esperado. A pesar de haberse ido desde muy temprano ya iban a ser las ocho de la noche cuando terminaron de “trabajar”, Isabela dijo que se dejaría la ropa que traía puesta, pues le había encantado como lucía. En cambio Brooke se sentía fuera de lugar con el overol negro y la blusa de campesina que le pusieron casi a la fuerza. Su prima le sugirió que mientras manejaba, ella se fuera cambiando en el coche, como la casa de Derek estaba retirada de la ciudad lo mejor era ahorrar tiempo e irse de una vez por todas hacia la carretera.

Isabela pinchó un botón que subió el capote del convertible mientras Brooke batallaba en la parte de atrás del coche para colocarse el vestido azul rey de lentejuelas de un solo hombro, lo bueno de todo era que los vidrios eran totalmente polarizados y no se lograba ver absolutamente nada hacia adentro.

Se detuvo el carro y Brooke volteó a ver a su prima.

-Tranquila- Le dijo. –Solo me bajaré a la tienda para comprar unas mentas, no quiero darle una mala impresión a Arón después de tanto tiempo.-

Brooke continuó en su apuro de terminar completamente perfecta, se puso unas zapatillas negras y estaba apunto de colocarse unos zarcillos a juego pero de repente se le cayó una de las piezas debajo del asiento. Se puso como loca a buscarlo sin imaginarse lo que estaba a punto de ocurrir.

Al mismo tiempo que Isabela coqueteaba con el chico de la tienda y Brooke seguía en duelo con el zarcillo perdido, Darren Edison estaba en busca de su nueva víctima, y parecía que había encontrado un convertible rojo del año muy bello abandonado con las llaves colocadas.

Se apresuró a adentrarse al coche rápidamente y sin pensarlo dos veces ya lo estaba conduciendo. Isabela al ver que el coche no estaba salió corriendo de la tienda y gritó el nombre de Brooke con bastante fuerza pero sin lograr que ésta escuchara pues ya se encontraban bastante lejos. Brooke aún no se daba cuenta y Darren tampoco se había percatado de la presencia de la joven. Se encendió la radio y también se escuchaban acercándose las sirenas de varias patrullas, Darren subió un poco más el volumen de la melodía y presionó aún más el acelerador. Era la parte que más le seducía de ser un “vándalo”, la adrenalina fluyendo por toda la sangre y sintiendo el clímax de una de las experiencias que le daban sentido a su vida, “huir”.   

-¡Isabela, bájale a la velocidad un poco!- Gritó agachada Brooke.

Darren miró el retrovisor sorprendido de escuchar a alguien en el coche pero no alcanzaba a ver nada. Brooke se levantó de un solo golpe diciendo:

-Listo, lo encontré-. Fue cuando se dio cuenta de que no era su prima quién manejaba, si no un sujeto que nunca había visto en la vida.

-¿Qué? ¿Qué haces aquí? – Preguntó Darren.

-¿Qué?, ¿Qué hago aquí?, ¿Tu que haces aquí? ¡Este es el coche de mi prima!-

Sin saber que hacer, tomó de la cara a Darren tapándole los ojos y diciéndole:

-¡Para! ¡Para! ¡Para!...

-¿Quieres morir? No puedo ver nada.

La pensó dos segundos y le destapo los ojos.

Estaba sumamente asustada y pensó en todas las cosas que decía su madre de por que no debía de estar tan tarde en la calle. –Ella tenía razón- pensó. –Nunca debí haber salido de mi casa, estos eran los peligros a los que se refería- Le seguían invadiendo al por millón todas las cosas que ella consideró sermones en ese momento de rabia contra ella por no dejarla “divertirse”.

-Dios mio, te prometo que si bajo de aquí no vuelvo a salir nunca en la vida-

-Tranquila, te bajaré pero en cuanto pierda a la policía. Soy un ladrón, pero no voy a secuestrarte.-  Le dijo para tranquilizarla.

El corazón de Brooke retumbaba sin descansar un milisegundo tanto que podía escucharlo detrás de la música a todo volumen y las patrullas que parecían no querer cesar en su persecución.

Cuando al final lograron perder a las autoridades se encontraban muy lejos de cualquier lugar que Brooke pudiera reconocer, estaban a mitad de la nada en un bosque sin señal telefónica y sin manera alguna de escapar. Darren detuvo el carro y le dijo:- Ya puedes bajarte-.

-¿Qué? ¡Claro que no! Aquí puede haber animales. -

-Bueno. ¿Quién te entiende?, primero rogabas por que te bajara y ahora suplicas que no te deje. Lo sé, ese efecto causo siempre pero no te va funcionar niñita. -

-Jajajaja- Rio Brooke con aire fingido- Ni lo sueñes- Contestó. Solo que… Si vas a robar… ¡A la próxima verifica que el coche esté vacío! –

-Bueno, es que quería pedirte permiso para robarlo nena. – La miró tratando de seducirla.- Y vaya que parece que lo haz autorizado, hasta te arreglaste para mí.- Se volteó hacia ella y le tocó ligeramente la mejilla.

 Un escalofrío lento y estremecedor recorrió cada centímetro de piel de la chica. Nunca había tenido un mayor contacto con algún hombre de cuando jugaba a “encantado” con sus vecinos al ser muy pequeña. Se quedó helada, pero no lo suficiente para apartarse un poco más de ese chico tan atractivo.

-Te propongo un trato.- Le sugirió Darren- Es obvio que no regresaré por un tiempo a Banff (Canadá), así que lo mejor será que vayamos al siguiente motel y….- La miró con deseo.

-¿Estás loco? Maldito cerdo repugnante.- Le gritó Brooke, que estaba más confundida por no saber como hacia para sacar su instinto más salvaje con el chico que la acababa de secuestrar accidentalmente que asustada.

-¡Hey no pienses mal niñita!, No eres mi tipo.  Como te decía, llegamos al motel y te dejo ahí para que hagas una llamada y vayan por ti.   Pero el coche está claro que se queda conmigo rumbo a “muy lejos” donde no puedan encontrarme. Así no dejo a un bebé como tú tan desprotegida. 

La idea del maleante ese era descabellada y Brooke estaba insegura si ir o no, pero eso era mejor que nada así que no le quedó de otra más que aceptar. 

ஐTHE BEST NIGHTS OF MY LIFE.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora