Brooke estaba lista. Era el momento indicado para enfrentar a Darren, su amor por él la consumía al no poder verle y tenía demasiado miedo de perderlo. Desgarraba sus adentros el saber que podían estar juntos y por recelo, la distancia los alejaba un poco más cada día.
Tomó lo primero que encontró en el armario, salió de su habitación y bajó las escaleras para dirigirse hacia la puerta principal. Respiro tan tranquilamente como le fue posible y caminó hacia el coche. Dudo tres segundos en introducir la llave a la cerradura, pero lo hizo. Ya se encontraba dentro del coche, solo tenía que hallar el coraje y pensar en el camino que era lo que le diría en un primer instante.
El velocímetro marcaba ciento diez kilómetros por hora pero todo le parecía tan lento, como si el tiempo se burlara de ella y pasara su vida en cámara lenta. La carretera cada vez se le hacía más larga, sin un fin. Trató de tranquilizarse jugando a yo veo con ella misma pero no funcionó. Optó por encender la radio y cantar en lo que le quedaba de camino. Milagrosamente cuando menos lo esperó ya estaba ahí, estacionada frente a la cabaña que la resguardo durante algún tiempo. Darren se había mudado ahí desde que las cosas habían empezado a ser un desastre y dejó a Mark a cargo de la fundación.
Bajó del coche, sabía el camino de memoria pero parecía que la turbaba la inseguridad. Miró de reojo hacia su coche después de que estuviera parada frente a la puerta. Sus manos temblaban y creyó ver sus palpitaciones en el pecho. Aclaró su vista y sacudió la cabeza. Tomó el picaporte y entró sin hacer mucho ruido.
-¿Darren?- Pronunció en un sollozo. Se adentró cada vez más al lugar y no veía señal alguna de él. El hombre que la tenía enamorada hasta la fibra más recóndita de su ser. Solo le quedaba un lugar por visitar, la habitación en la que había pasado tanto tiempo a su lado.
Por poco perdía el equilibrio cuando abrió la puerta. Ahí estaba. Tirado en la cama durmiendo con un tremendo ángel, justo como lo recordaba. Sonrió al verlo tan tranquilamente y una vibración inundó su pecho. Se sentó a su costado y le acarició la mejilla. Darren despertó al instante. Le obsequió una sonrisa después de preguntarle si acaso era un sueño.
-Si fuera un sueño no se sentiría tan bien.- Le contestó Brooke titubeando.
Se observaron durante algún tiempo prolongado sin deseos de moverse a ningún lado. A través de ellos se emanaba energía pura, deseosa de unirse de una vez por todas.
-Darren, te amo.- Pronunció la chica esperando tener respuesta.
Darren aún acostado en la cama dirigió la mirada hacia el techo de la cabaña, se relamió el labio inferior y esbozó una sonrisa pícara, esa que tanto amaba Brooke. Dirigió nuevamente la mirada hacia ella, y dijo:
- Lo sé. Es inevitable.- Expresando altanería.
Brooke giró los ojos para ponerlos en blanco pero no pudo evitar sonreír después de darle un codazo en la costilla.
-Quiero decir, es inevitable negarte a amar a otra persona cuándo sabes que es tu alma gemela la que tienes frente a tus ojos. Y yo también lo supe, desde el primer día. Por eso no podía dejarte ir y ahora que tú también lo sabes, es tiempo de estar juntos… ¿No crees? ¿Darnos una oportunidad, estaría bien no?
Brooke suspiró sonriendo al mismo tiempo. Su piel se tornó rojiza y su pecho saltaba a descontrol. Inclinó su rostro hacia el de Darren y dijo:
-Es tiempo.
~
-Vale, y… ¿Quieres decirme que es lo que has hecho aquí tanto tiempo a solas?- Le preguntó Brooke a Darren mientras él preparaba el desayuno en la cocina.
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ஐTHE BEST NIGHTS OF MY LIFE.
RastgeleBrooke, es una chica sumisa que casi no tiene amigos apesar de ser modelo en una agencia importante. Todo es a causa de las estrictas normas de su madre y sus maneras arcaícas de pensar. Darren, timador, ladrón, Don Juan y experto en huídas roba el...