La mañana siguiente después de que Luca llegara diciendo que Leah había despertado de una manera casi milagrosa, Brooke se levantó del sillón, se fue a la habitación y se arregló como pudo tratándose de ver lo mejor que pudiera sin decir ni una sola palabra. Salió por la puerta trasera después de haber tomado las llaves de coche de Luca sin que ninguno lo notara. Al encender el carro los chicos se percataron de que Brooke estaba por cometer una locura. Y de verdad que lo era, condujo hasta el hospital San Francisco y preguntó por Leah, le dijeron que no podía pasar pero ésta alego que era una familiar cercana y que necesitaba verla. A regañadientes y no muy convencida la enfermera le permitió entrar solo unos minutos y sin alterarla. Para su buena suerte no había nadie en su compañía, que era lo único que le preocupaba.
-Vaya, miren quién ha venido a verme.- dijo Leah soñolienta con una sonrisa maquiavélica en el rostro en cuanto se cerró la puerta de la habitación.
-No estoy para juegos Leah. Vengo a proponerte una cosa.- Dijo Brooke.
-¿Tú, a mí? Por favor…-
-Sí, quiero pedirte que dejes a Darren en paz.-
-¡No! ¡Tú déjalo en paz!- Contestó alterando ligeramente su pulso, Brooke pudo notarlo por la máquina que estaba a su lado moviendo rápidamente los six-sax que marcaban los latidos de su corazón.
-Quiero decir… Me alejaré de él si retiras la demanda. Sabes bien que si sale a la luz la razón por la cuál te golpeé descubrirán como se mantenía la fundación y eso…-
-Eso no será necesario.- Interrumpió Darren que escuchó las últimas palabras de Brooke.
Brooke se sintió confundida y lo expresó con el rostro. Darren le quitó la incertidumbre al pararse a un lado de la cama de Leah para tomarla de la mano.
-Ahora estoy con Leah. Y seré yo quien no te vuelva a buscar. Puedes ser feliz con quien quieras, pero conmigo ya no.- Dijo serio y dando una mirada firme que aniquilaba por dentro cualquier esperanza que se haya atravesado por la mente de Brooke.
-Lo entiendo…- Fue lo único que pudo contestar y se marchó inmediatamente. De camino a la salida la acorralaron en la entrada algunos fotógrafos y periodistas, pero el humor de tolerarlos con los ojos cristalizados era escaso. Las preguntas eran hirientes como siempre: - ¿Es verdad que lo hiciste por celos? ¿Estás atravesando alguna enfermedad mental? ¿La causa fue infidelidad?- Era claro que no se tocaban el corazón para obtener lo que querían pero aun así logró des-afanarse sin contestar una sola palabra, aunque lo intentara no lo lograría. Sería inútil intentar hablar, había un nudo en la garganta que no le permitía liberarse. Encendió el coche y al instante se encendió la radio- Pueden pasar tres mil años, puedes besar otros labios… pero nunca te olvidaré, pero nunca te olvidaré…- Sonaba esa maldita canción de enrique iglesias y fue cuando desbordó el mar de lágrimas, no podía ser posible tanta mala suerte, una podrida mala racha dónde ella había comido la manzana envenenada pero esta vez ya no habría ningún príncipe azul que pudiera salvarla con un beso de amor verdadero. Ni si quiera sabía si eso ahora tenía algún sentido. Manejó hacia cualquier lugar y dio a parar a Buffalo Street, ahí había un pequeño parque al que la llevaba su madre con Isabela cuando eran muy pequeñas, a decir verdad, uno de los pocos recuerdos memorables que podría tener de su infancia. Se bajó del auto y se sentó en una de las bancas que yacían al lado del césped y su única acción fue ponerse a llorar por un buen rato.
-No deberías estar sola por aquí- Le dijo una voz apacible y llena de encanto mientras le brindaba un pañuelo. Brooke volteó hacia él con un poco de pena al estar bañada en llanto logrando divisar con dificultad a un hombre alto, fornido y de rostro varonil e imponente. Podría tener alrededor de unos cuarenta y tantos años, pero estaba lo suficientemente conservado para lucir atractivo. La chica tomó el pañuelo con su mano izquierda y comenzó a limpiarse las lágrimas. El hombre se sentó junto a ella y dijo:
-Dicen que las penas con pan son menos… Y ahí hay una cafetería. ¿Te gustaría?-
-No, gracias.- Contestó Brooke casi instantáneamente y agachó la mirada nuevamente.
El hombre se levantó y antes de que pusiera otro pie en marcha Brooke le hablo:
-Oye, tu pañuelo.-
-Creo que lo necesitas más tú.- Dijo alejándose y regalándole una sonrisa sincera.
-¿Cómo te llamas?- Gritó Brooke para después agradecerle.
-¡Carlo Rubalcaba!- Le contestó a lo largo de la calle.
¿Carlo Rubalcaba?... Ese nombre le era demasiado familiar. Se terminó de limpiar las lágrimas y respiró hondo, tanto que hasta se le escapó un sollozo al final y después fue cuando recordó su conversación con Luca:
-No, Darren nunca conoció a su padre. Él murió en un accidente aéreo cuando Darren apenas era un crío, exactamente el día en que lo conocería por primera vez. Carlo Rubalcaba, es el padrastro de Darren. O por lo menos lo era. Cuando su madre lo descubrió siéndole infiel, terminó con todo y se suicidó.-
Era el mismo hombre que había causado la desgracia de Darren, la muerte de su madre, la pérdida de fondos e inversionistas para la fundación. ¿Pero cómo un hombre tan generoso podría hacer tal cosa? Incluso ahora había ayudado a una desconocida… Era una tontería. Sacudió su cabeza y unos minutos después se marchó de ahí dirigiéndose a la cabaña.
Al llegar Luca, Michael y también Isabela estaban muy preocupados.
-¡Brooke! ¿Dónde te habías metido? ¡Pensé que cometerías una locura!- Habló en un primer instante Isabela y Los tres chicos se le acercaron.
-Y vaya que lo hice. Fui a buscar a Leah… Para decirle que me alejaría de Darren con tal de que no saliera nada a la luz, pero… Fue una gran estúpidez. –
-¿Qué pasó, que te dijo?- Preguntó Luca impaciente.
-No hizo falta que ella contestara. Darren lo hizo. Ahora ellos están juntos.- Les contó dándoles la espalda para que no lograran ver lo quebrantada que se encontraba en ese momento.
-¿Qué? ¡Eso no puede ser cierto!- Dijo Michael, que a pesar de saber que le dolería dejar libre Brooke, sufriría más al verla infeliz y desdichada.
-Pues lo es. Y prefiero ya no hablar más del tema. Eso es lo justo, yo le fallé y él está intentado hacer su vida. Es lo correcto. Solo necesito pedirles algo muy importante…-
-¿Qué pasa?- Dijo uno de ellos y los demás se quedaron mirándola en la espera.
-Necesito la dirección de Calor Rubalcaba.-
~~*
Realmente me ha costado mucho alargar la historia por que entonces se alarga el sufrir de Brooke, pero no se preocupen... algún día se le pasará, en uno, dos o tres años a lo mejor se le pasa :P Bueno, la verdad confieso que no sé que le depara por que con sus acciones no se ayuda mucho así misma. Eso si, las interrogantes son ¿Podrá ser feliz con Darren u olvidarlo? ¿Se enamorará de Michael, que siempre ha estado ahí para ella? ¿Qué más podrá ocurrirle a la pobre? Ustedes comenten :P Espero les haya gustado este capítulo y procuraré subir uno más antes de dormir. La buena noticia que les tengo es que ¡Salí de vacaciones! ¡Y podré escribir mucho más! Wuju. Les mando un besototote :D!
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ஐTHE BEST NIGHTS OF MY LIFE.
De TodoBrooke, es una chica sumisa que casi no tiene amigos apesar de ser modelo en una agencia importante. Todo es a causa de las estrictas normas de su madre y sus maneras arcaícas de pensar. Darren, timador, ladrón, Don Juan y experto en huídas roba el...