A sus veintitrés años, Kim Soo Young jamás había recibido un "no" por respuesta. Jamás se le había resistido un chico que le gustara.
Pero para todo hay una primera vez.
Era poco menos que perfecta, y ella lo sabía. Con su largo cabello, sus labios deseables, su cuerpo menudo y curvilíneo y su preciosa figura. Tenía gracia para moverse, buenos modales y sabía cómo vestir. Para rematar, había nacido en una familia rica.
-¿Sabes si Jungkook vendrá esta noche?-le preguntó a su primo, con fingido desinterés, mientras se ajustaba los pendientes de aro frente al espejo.
-Sí. Vive ahí-dijo Jin-, así que obvio que va a estar. No seas rídicula, Soo. Pero no creo que te haga ni caso. Por si no te has dado cuenta, parece inmune a tus encantos.
-Me besó la primera noche que me vio, así que no me doy por vencida todavía.
El hecho de que Jungkook pareciese tan distante con ella solo aumentaba su atractivo, ya de por sí considerable. Había observado que el chico parecía fuera de lugar en la enorme mansión. No iba mal vestido, pero nunca se arreglaba, ni siquiera para las ocasiones que lo requerían. Era curioso verle al lado de Taehyung. Los dos eran altos y apuestos, pero completamente distintos. Allí donde Jungkook tenía unos ojos enormes y brillantes, los de Tae estaban muertos, sumidos en una noche infinita. Jungkook caminaba arrastrando los pasos, con desánimo, mientras que era difícil deducir el sentir de Taehyung por sus andares y movimientos. Eran como el oro y el cuero, radicalmente distintos pero parecían ir juntos.
Soo no era solo rica y bonita; también era perspicaz. No sabía nada a ciencia cierta, y Jungkook sería el último en delatarse de forma deliberada, pero de algún modo adivinaba que Taehyung era su némesis en lo que al afecto del chico se refería. Aún así, no planeaba acobardarse.
Se decidió por un vestido con el corpiño ajustado al cuerpo y una llamativa cola de tul de color turquesa. Cuando terminó de trenzar su cabello y de adornarlo con perlas, Jin ya llevaba más de un cuarto de hora esperando en la entrada. Como las chicas malas de los dramas a los que su primo era tan aficionado, a Soo le gustaba entrar tarde a las fiestas. La expectación contribuía a hacer su entrada más memorable.
Sin embargo, aunque muchos se giraron hacia ella en cuanto hizo su aparición en la sala, Jungkook no se movió de su sitio. Estaba de pie, con una copa en la mano, mirando quién sabía a donde. Solo hizo contacto visual con Soo cuando Taehyung y Yoongi se acercaron a ella y a Seokjin para saludarles. Mantuvo sus ojos en los de ella durante un par de segundos. No apartó la mirada tan rápido por timidez, sino por desinterés.
Jungkook había bebido un poco. Tal vez por eso estaba impaciente, deseoso de que la fiesta terminase para poder quedarse a solas con Tae. Taehyung también era consciente de ello, por la manera que tenía el chico de hablarle al oído y de rozarle la cintura. Parecía que aquel contacto era fortuito, pero él sabía que no era así. Quería olvidarse del resto del mundo y acudir a él, pero Jungkook no se arriesgaría a eso. Tenía demasiado miedo a ser descubierto, y el miedo vencía al deseo. Lo único que hacía era mirarle intensamente desde donde quiera que estuviera.
Llevaban poco más de una hora en la fiesta de despedida de Seokjin cuando Tae advirtió por enésima vez los ojos de Jungkook sobre él. No podía verlo, pero lo sentía. Yoongi y Hoseok estaban sentados al lado a su lado en el sofá, y la voz de Yoongi pareció quebrarse de repente.
-¿Qué sucede...?¿Yoongi?
-No...nada...
Estaban hablando de la relación que mantenía con Hobi, de modo que Yoongi trató de fingir que simplemente se estaba emocionando. Con cualquier otra persona, tal vez hubiese funcionado, pero no con Taehyung. Taehyung sabía que, cuando Yoongi hablaba de su novio, en su voz solo había felicidad. No lloraba, sino que sonreía. Él notaba que sonreía por su modo de hablar.
ESTÁS LEYENDO
YOUR EYES TELL (JJK+KTH)
FanfictionLa belleza no puede apreciarse solo con los ojos. Jungkook es un chico problemático; Taehyung es un millonario ciego. (VKOOK, SOPE)