11. When you wish upon a star

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Jungkook creyó que dormir a solas aquella noche era lo mejor que podía hacer.  Pero su cama también se sentía vacía y ajena. Una pastilla no bastaba para hacerle conciliar el sueño. Ni dos, ni tres...Si se pasaba, tal vez ya no se despertaría. Y no sabía por qué pero, de repente, le importaba.

    Ya estaba completamente sobrio otra vez. Estaba asustado, repasando en su cabeza lo que había hecho. No podía volver atrás, o negar que se había sentido bien al hacerlo. Una vez, dos...ya no importaba. No perdía nada si continuaba con ello...¿verdad? Porque una vez que había probado los labios de Taehyung, estaba dispuesto a que no fuese la última vez que lo hacía.

    Jungkook se levantó de la cama y volvió a abrir su cuaderno. Siempre se ponía a dibujar cuando no podía dormir a pesar del cansancio. Dibujó de memoria el rostro de Tae, bañado por la luz del sol, segundos después de que lo besara por primera vez.

    Mientras trazaba delicadamente cada mínimo detalle de los rasgos de Taehyung, Jungkook se sintió tentado más de una vez de correr a la habitación del chico. Su orgullo y las palabras que él mismo había pronunciado antes se lo impidieron. Si cruzaba esa puerta, no sería para dormir. Sería para ayudar a Tae si este lo necesitaba, o para terminar lo que habían empezado en el salón, dando rienda suelta a su pasión. Pero no lo hizo. Se quedó clavado al asiento.

    Tae estaba al otro lado de la pared, también despierto. También había buscado varias excusas. Se había planteado golpear sus manos contra la pared, fingir que tenía otra pesadilla. Solo para hacerlo volver y mantenerlo a su lado, incluso si no quería besarlo o abrazarlo para dormir. Solo quería sentir que estaba allí, con él. Tampoco lo hizo, porque el orgullo venció aquella necesidad.

    Los dos se dieron cuenta aquella noche de que el juego que habían iniciado no tenía botón de pausa ni manera de salir de la partida.

    Taehyung consiguió dormir un par de horas y, cuando despertó, calculó que ya era hora de desayunar. Tal vez era un poco más pronto, pero no importaba porque Jungkook había pasado toda la noche en vela.

    Aquel día venía la enfermera de rehabilitación, que le estaba enseñando a leer en braille (lo cual requería tiempo), de modo que pasaría muchas horas sin él. Y como el juego entre los dos era una novedad, se necesitaban cerca. Incluso Jungkook, con el bajo concepto que tenía de sí mismo, era capaz de notarlo. Si Tae se hubiera comportado así las semanas anteriores, los celos que le había tenido a Jimin hubiesen estado aún más injustificados.

    Cuando Yoongi se levantó para desayunar, completamente adormilado, lo primero que vio una vez pudo abrir los ojos fue a Jungkook besando a Tae. No solo en la boca, sino también en el cuello, incluso en las quemaduras que ya empezaban a cicatrizar...

    -Si vais a desayunaros el uno al otro, no hace falta que os sentéis a la mesa.

    -Deberías comer algo-dijo Jungkook, bajando la voz.

    Tae asintió, sin ganas. Jungkook siempre se detenía cuando alguien más entraba a la habitación mientras lo estaba besando. Como si le diera vergüenza. Solo había pasado dos veces, pero supuso que se convertiría en una costumbre. Y era él quien tenía que acostumbrarse a ello.

    Yoongi los observó a ambos con tristeza. Cualquiera podía notar que Jungkook estaba perdido por Taehyung. Puede que no fuera capaz de decirlo, pero la manera en que se preocupaba por él iba mucho más allá de su empleo. Y el hecho de que besara aquellas partes de Tae que él mismo consideraba imperfecciones casi como si las venerara...

    Yoongi deseaba que las cosas fuesen fáciles, que su amigo pudiese ser tan feliz como lo era él con los mensajes de "buenos días" llenos de corazones negros que le enviaba Hobi.

YOUR EYES TELL (JJK+KTH)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora