Hoseok estaba sentado detrás de una de las mesas de recepción del hospital redactando el documento por el que se le concedía el alta a Kim Taehyung. Levantó la cabeza un segundo al sentir la mirada penetrante del acompañante del paciente. El chico, vestido de negro de los pies a la cabeza, era algo más bajo que él, pero le resultaba intimidante por alguna razón, con su vestimenta monocromática y su piel de porcelana. Por lo que sabía, era mayor que él, aunque no lo parecía, al menos si no lo mirabas a los ojos con atención. Había en estos una gravedad abrumadora tan joven y tan antigua como el océano.
-Ya casi tengo esto. En un par de horas estaréis en casa-Hoseok sonrió levemente, porque sabía que cuando a un paciente como Kim se le daba el alta, realmente solo significaba que la miseria acababa de empezar.
No quería sonreírle demasiado a Min Yoongi. Solo lo suficiente como para tranquilizarle, y que no pareciese que se burlaba de su dolor. Lo había visto devastado en los bancos del pasillo, completamente perdido, y sin separarse de la cama del paciente en las noches que los dos llevaban allí. Las quemaduras aún se veían recientes en su pecho, que Hoseok podía entrever a causa de su camisa mal abrochada. La dejadez en el vestir de aquel hombre no era acostumbrada, sino que se debía a su dolor. Hoseok lo sabía perfectamente; no hacía falta un master en medicina para darse cuenta de ello.
-Está bien, gracias-dijo Yoongi, con un patético intento de devolverle la sonrisa que, sin embargo, a Hoseok le resultó bonito.
-Una enfermera irá a ayudarle a rehabilitarse todos los días excepto los fines de semana-informó-. Las visitas se espaciarán a medida que el paciente mejore. Usted tendrá que ayudarle en todo lo que pueda...
Yoongi asintió con firmeza.
-Lo haré, pero...me gustaría contratar a alguien para que se hiciera cargo de él. Yo nunca he sido bueno con las palabras, ni he sido optimista tampoco. No sé como tratar con un ciego. Haré todo lo que esté en mi mano, aprenderé y me acostumbraré a lo que tenga que acostumbrarme, claro, pero...¿conoces a alguien que pueda ayudarlo?
Hoseok pensó por un momento, apoyando el mentón sobre la mano en un gesto que a Yoongi le hubiera resultado completamente adorable de no haber sido porque estaba centrado en Taehyung y abrumado por la melancolía.
Sí, conocía a alguien. Eso fue lo único que dijo. No le salieron las palabras ni quiso explicar nada más. La verdad era que el primer nombre que a Hoseok se le había pasado por la cabeza había sido el de Jeon Jungkook, uno de sus compañeros de piso. Pero no podía decirle a un tipo que había nacido y vivido siempre entre algodones que el chico que iba a recomendarle para ayudar a Taehyung lo había conocido en un correccional de menores, cuando ambos eran apenas dos adolescentes. Ni siquiera sabía si Jungkook, dado su carácter, aceptaría realizar un trabajo como aquel.
-Hablaré con él-dijo Hoseok, serio-.Usted hable con su amigo, que se haga a la idea. Le llevaré a alguien este fin de semana; es una promesa.
Yoongi suspiró, sintiendo una vez más las lágrimas que amenazaban con salir de sus ojos. Se concentró en la bata blanca del enfermero. Blanca, sí, era blanca. Antes de entablar conversación con aquel chico, había visto que otra de las enfermeras le alababa, diciéndole lo bien que le sentaba su nuevo color de pelo. Y Yoongi no supo que fue lo que le indujo a preguntarle de qué color era su pelo. No supo si era simple curiosidad, o quizá que trataba de distraerse de la dolorosa realidad, pero se lo preguntó. Hoseok le sonrió con sus preciosos dientes blancos y le dijo que tenía el pelo rojo.
Yoongi decidió en ese momento que el rojo era un color precioso, a pesar de que no lo había visto nunca.
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YOUR EYES TELL (JJK+KTH)
Hayran KurguLa belleza no puede apreciarse solo con los ojos. Jungkook es un chico problemático; Taehyung es un millonario ciego. (VKOOK, SOPE)