Kyoka sabía que estaba mal. Sabía que tarde o temprano la locura y la obsesión se volverían una carga, pero no podía dejar que ese ojeroso de mierda alejara a su Pikachu de su lado.
▪ Del amor y cariño a un acoso y obsesión.
▫ Los personajes no me p...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Que tarde mas tranquila...
Tal vez debería comenzar a buscar al psicópata ahora. Total, todos deben estar en sus cosas.
— Hey, Denki.
El llamado de una chica lo hizo subir su mirada.
— Ah, Kyoka, hola — Saludó alegre — ¿Sucede algo?
— S-si, este...¿Podemos hablar?
— Claro ¿Sobre qué?
— De hecho, me gustaría hablar a solas contigo. Si es que tienes tiempo y eso.
El rubio se mostró pensativo, para luego negar.
— Bien — Le sonrió la pelimorada — Ven, también quiero mostrarte algo — Le agarró del brazo y casi corriendo, subieron por las escaleras.
Me pregunto porqué este comportamiento tan emocionado.
¿Acaso es una sorpresa o algo?
Llegaron al piso donde se encontraba las habitaciones de los dos, solo que ellos se dirigieron a la del rubio. Este la miró curioso.
— ¿Donde vamos?
— A tu cuarto.
— ¿Porqué?
— Quiero mostrarte algo, es algo así como una sorpresa.
— Pero ¿Porqué en mi cuarto?
— La verdad porque estaba mas cerca del ascensor — esta se encogió de hombros.
Denki arqueó una ceja.
Que extraño...
Pero bueno, dijo que era una sorpresa.
— Después de ti — Le abrió la puerta y dejó pasar al rubio, quién parecía estar algo emocionado.
— Vaya, hace tiempo que no venía a... — Paseó por su habitación con la mirada, hasta que notó algo diferente — ¿Eh? ¿Y esa caja tan grande?
— Es para que puedas viajar mas cómodo.
— ¿Para qu...? — Una aguja se introdujo en la piel de su brazo, largando un liquido en su enterior. Denki apenas pudo reaccionar ante aquella velocidad — ¿Qu-que sucede? ¿Que m-me hiciste?
Todo se está poniendo borroso, me duele el brazo.
¡¿Que está pasando?! ¡¿Porqué estoy tan mareado?!
Tengo...sueño...
Sin aguantar mas el peso, su cuerpo cayó al suelo de golpe. Los párpados le pesaban y sus piernas no respondían.
— Ky-kyoka....
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
