Kyoka sabía que estaba mal. Sabía que tarde o temprano la locura y la obsesión se volverían una carga, pero no podía dejar que ese ojeroso de mierda alejara a su Pikachu de su lado.
▪ Del amor y cariño a un acoso y obsesión.
▫ Los personajes no me p...
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¡Finalmente!
¡Por fín tengo a Denki solo para mi!
¡Esto es genial! ¡Hermoso!
Pasaron dos días desde que mi hermoso ángel empezó a vivir conmigo y no puedo dejar de sonreír. Denki no dejó de llorar, pero bueno, todo no se puede.
Le tomará tiempo entender que lo que hago está bien y es totalmente entendible.
Preparaba un té para mi bello ángel cuando de pronto, mi celular comenzó a vibrar. Al principio no le di importancia y lo ignoré, siguiendo haciendo la bebida para Denki, pero ese aparato no paró hasta que me harté y encendí la pantalla para ver que mierda pasaba.
Me estaban llamando.
Era Momo.
— Que fastidio — Se quejó en voz alta mientras atendía la llamada — ¿Que mierda quieres?
— ¿Hola? ¡¿Kyoka?! — Del otro lado de la llamada, Yaoyorozu se sorprendió bastante al saber que le había contestado.
— Si ¿Que quieres?
— ¡No lo puedo creer! ¡No creí que me responderías!
— Lo repito por última vez ¿Que mierda quieres?
— Pu-pues emm... — Se aclaró la garganta intentando sonar seria — Kyoka, lo que hiciste es horrible y deberías arrepentirte y volver antes de que las cosas empeoren.
La pelimorada revoleó los ojos.
— No me jodas Momo ¿Para esto me llamas? No volveré, soy feliz aquí con Denki.
— Pero ¿Denki es feliz contigo?
— ... — Kyoka no supo que responder — ¡Po-por supuesto! ¡Muy feliz! — O al menos lo estará cuando entienda — Ya no quiero hablar contigo. NO ME VUELVAS A LLAMAR — Y cortó la llamada antes de escuchar a la pelinegra pidiéndole que no cortara.
Pf, por supuesto que Denki está feliz de estar aquí. El me ama. Yo lo se.
En fin, será mejor llevarle el té a Denki antes de que se enfríe.
Bajé hasta el sótano y abrí la puerta al final de las escaleras.
— Buenos días angelito — Saludó en un tono suaves de chica enamorada, mientras formaba una sonrisa con sus labios. Se logró escuchar un pequeño grito de parte del rubio debido al susto que le provocaba la pelimorada.
Denki quería mostrarse fuerte, valiente, pero no lo era. Le podía tener miedo hasta a su propia sombra. Estaba sentado en el suelo, hecho bolita. No podía dejar se temblar.
