Choi San
"Welcome To The Jungle" de Guns N' Roses sonaba a volumen alto desde un disco que giraba a escasos metros de mí. La distintiva voz de Axl Rose era todo lo que se colaba en mis oídos, hasta que salí de mis ensoñaciones y vi luz proveniente de la ahora abierta puerta corredera.
Una cara nueva me sorprendió. Me resultaba familiar, pero su aura no. Unas botas negras de suela gruesa con los cordones desatados dieron un paso al interior del cuarto. Eso era lo único que yo podía hacer, mirar, ya que me encontraba atado con cuerdas a una silla.
Continué subiendo la mirada por el mono de estampado de camuflaje y me detuve unos segundos en las dos pistolas a ambos lados de su cinturón. ¿Esa persona es a la que habían enviado para matarme? Se tomaban demasiadas molestias, el propio Taeyong podría haberme dado muerte desde el primer momento en el que su arma se posicionó sobre mi frente. Aún recordaba el momento en el que el aluminio tocó mi piel y me daban escalofríos.
Más arriba, estaban sus ojos. Sus ojos me comunicaron que yo no era alguien nuevo para ellos. Su nariz me dijo que había olido mi esencia muchas otras veces antes, que una vez estuvo en el hueco que se formaba entre mi cuello y mi hombro. Sus labios fueron los que más me dijeron, y es que cuando vi su asombrada expresión, supe que yo ya conocía el sabor de su boca. También supe que ese pelo estuvo entre mis manos, y lo más importante, que alguna vez en mi vida tuve su apoyo, tuve un amigo.
Intenté pronunciar su nombre, pero solo acerté a decir la inicial, y acabé exhalando. No podíamos separar nuestras miradas, a pesar de que Taeyong estaba a su lado, mirando la escena triunfante. Él estaba paralizado, a tal punto de que no me era posible identificar su reacción.
–Toma asiento –habló el pelirrojo, dirigiéndose a Wooyoung con una sonrisita. Cada vez que abría la boca para hablar, me daban ganas de escupirle dentro, para ver si se tragaba sus palabras.
Cuando oyó su voz, Wooyoung apartó la mirada para clavarla en el suelo, como si de repente saliese de sus ensoñaciones, y su nuez se movió al tragar saliva. Hizo lo que dijo, tomó asiento en la silla vacía que había a no mucha distancia de la mía. El sentirle cerca nunca antes se había sentido tan lejano, como si el chico con el que compartía habitación de hotel no fuese el mismo que ese que estaba a mi lado.
–Muy bien, así me gusta. Eres inteligente, si sigues así igual hasta conseguís salir de aquí ilesos –rio– Supongo que no hace falta que te diga que si me desobedeces os mataré a los dos.
–¿Qué tramas, Taeyong? Ya nos conocemos. No estamos interesados en perjudicar los negocios de tu padre, que trafique droga en el país nos la suda. Sólo queremos salir de esta endemoniada casa –dije, algo desesperado.
Se puso las manos en la cintura y me miró cansado, como si no supiera qué hacer conmigo. Suspiró y sacó un móvil del bolsillo, se le acercó y habló.
–Entrad –ordenó al micrófono del aparato.
Bastó un microsegundo para que la sala en la que nos hallábamos fuese irrumpida por cinco personas imponentes y armadas. Eran hombres aparentemente normales pero muy corpulentos con armas de fuego sobre sus manos, que nos miraban entre desinteresados y aburridos. Probablemente sólo estaban haciendo su trabajo.
–Bueno, vayamos al grano –dijo, todos ellos estaban de pie frente a nosotros, haciéndonos sentir pequeños y sin importancia. Yo sobre todo, estando inmóvil.
¿Al grano? No tenía ni idea de qué estaba pasando. ¿Qué mierda hacía Wooyoung ahí? Él no tenía nada que ver con la organización, ¿o acaso...? Miré de reojo al mono militar que portaba. En la zona del pectoral derecho había un dibujito que me dejó claro todo lo que estaba pasando. El logo de mi mafia, la cual ahora también era la suya. Negué con la cabeza, le habrían pillado por la calle y se le habrían llevado, pero, ¿por qué harían algo así? ¿Ofrecer su vida, la cual no les importaba, a cambio de la mía?

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INCIPIENTE - woosan
Fanfiction"Tú nunca supiste lo que era tener a ese idiota al lado. Lo que era que te sonriese cada tres segundos, sin importar qué. Esos ojos de cachorrito que encerraban la actitud de una fiera. Ese cabrón de rizos rubios". -Finalizada.