Capítulo 5

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Cuando cruzo la enorme puerta de cristal del colegio, saludo a la portera la cual me observa con una cara de asombro, tal vez sea por mi aspecto de hoy día, pero en este momento realmente me importa una mierda lo que piensen los demás. Tengo mejores cosas por las cuales preocuparme, pero la principal es la discusión pendiente que tengo con mi madre .

No puedo dejar de hacerme preguntas y aún no me cabe en la cabeza pensar que alguien más sea mi padre.¿Acaso tiene el cabello igual de castaño como el mío? ¿ Fue de él quien heredé los enormes ojos grises? Puede que sea así, ya que mi madre tiene el pelo negro y son risados cómo de ensueño, y los ojos de Max... Mi padre, son de un tono verde esmeralda.  Pero las preguntas más importantes son... ¿Cual es su nombre? ¿Por qué nos abandonó? Y sobre todo ¿Le dolió dejarme?.

La voz de Sarah me saca de sombríos pensamiento cuando dice...

— Chica, ¿Qué te a pasado? ¿Acaso te peleaste con el peine? —. Dice en un tono de burla mientras suelta una risita, pero cuando la miro su sonrisa se desvanece. —¿Qué?... Maddy, sabes que lo digo de broma. 

— Pue... ¿puedes darme un abrazo?... Por favor  — Digo en un sollozo y siento como se me hace un nudo la garganta.

— Claro que sí Maddy, ven aquí. —. Me dice mientras alarga los brazos. —¿Que pasa amiga? ¿ Quieres hablar de esto?. — . Me acaricia la melena y yo suelto un llanto ahogado. —Mejor vamos por agua para que te calmes.

Yo asiento con la cabeza y nos dirigimos al tocador. Llegamos y me siento en la taza del baño, Sarah me observa con angustia lo puedo ver claramente en sus ojos marrones.

  —Voy por agua ¿Ok? Quédate aquí enseguida regreso. — Sale del baño y yo solo lloro con más fuerzas, no se realmente porque lo hago no sé si es por dolor o por rabia, por haber crecido en una mentira aunque no haya sido tan malo crecer en un familia llena de amor y de lujos por parte de mi padre, pero aún así es inevitable pensar en un hombre que ni siquiera conozco.  

— Toma un poco de agua y esta tableta para que te calmes—. Dice  Sarah, intentado darme una sonrisa pero no le sale, tomo la tableta y me la tragó, mientras ella añade :
  —¿Quieres hablar conmigo... sobre esto?—. Quiere darme espacio lo sé, pero en este momento sólo quiero desahogarme, asiento con la cabeza y digo:

— Es sobre mi padre, no soy hija de Maximiliano Smith, El no es mi padre biológico, no soy su hija—. Digo casi en un susurro, esas palabras que me raspan la garganta con si hubiera comido una cucharada de clavos. 
 
—¡¿QUÉ?!. — dice Sarah estupefacta por mi confesión.

—Si, así como lo oyes, también quedé muy sorprendida que hasta me quedé a dormir con Simón, es por eso que tengo este aspecto.

   —Woow, esto no es para nada lo que esperaba que me dijeras y eso que no tenía ni idea de que podría ser tan malo para que te hayas puesto de esta forma. —. La tomo de la mano y le digo...

— Siento haberte asustado tanto.

  — Para eso somos amigas ¿Recuerdas?—. Habla la morena frente a mi, sacándome una sonrisa.

— Gracias, no sé qué haría sin ti. —Le doy un enorme abrazo y luego añade:

  — ¿Quien es tu padre entonces?  —. Dice, haciendo una mueca de angustia.

— Pues aún no lo sé, tengo una charla pendiente con mi madre, así que... Cuando llegue a casa sabré.

  —¿Estarás bien?

—. Si, claro que estaré bien. —le aseguró a mi angustiada amiga.

— Bueno creo que ya perdimos la primera clase — le digo y ella asiente, encogiéndose de hombros.

  —valio la pena, sabes que eres muy importante para mí.

— Y te lo agradezco, eres una amiga increíble.

  —Lo sé. —. Dice en un tono presumido y ambas nos reímos.

Tener una amiga cómo Sarah es magnífico, ella es tan fuerte y hermosa y siempre la admirare por ser así de valiente y le agradezco a la vida por poder llamarla amiga.

El día transcurre con muchas tareas y trabajos en el taller de artes no he tenido ni tiempo para hablar con Simón, se que él me entenderá y que me dará su apoyo incondicional, así que hablaré con el cuando termine de hacer mis flores de papel.

  —Hola hermosa. —. La voz de Simón me interrumpe mis pensamientos, me vuelvo hacia el y le dedicó una sonrisa.

— Hola. —Digo y me acerco para darle un beso en sus suaves labios.

  —¿Estás bien?, Sarah me ha dicho que has llorado.

Cuando termina de pronunciar las palabras rápidamente me vuelvo a mirar a Sarah, me mira y se encoge de hombros.

—Ah... Eso, si estoy mucho mejor ahora que te veo. — Le digo para intentar distraerlo, pero no funciona.

—Mad, puedes contarme qué te pasa no he dejado de pensar en lo de anoche. — veo los ojos de mi chico que reflejan preocupación y confusión.

—Lo se y lamento haber llegado como una loca hasta tu casa... — Y sin más añado.— mi madre me ha ocultado quien es mi verdadero padre.

  —¿Que?.— me interrumpe.   —Bueno, ahora entiendo tu reacción. —Dice mientras se frota la nuca.

—Si, bueno, supongo que no me tenía que enterar. Lo he escuchado por error.

  —¡Oh Mad! Lo siento mucho.

—Descuida, estoy más tranquila ahora.

  —¿Hablaras con tu madre sobre esto?

—Si, de hecho creo que me está esperando, me ha enviado un mensaje. —.Digo enseñandole el móvil

    *Cariño, necesitamos hablar☹

️ —Bueno, entonces te llevaré a casa. —dice, mientras sujeta mi rostro.

—De acuerdo—. Accedo levantandome de mi asiento.

Entrelazamos nuestras manos y salimos hacia el parking.

Estoy solo a minutos de enterarme de algo muy importante... Y no tengo ni idea de cómo voy a reaccionar.

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