Simón.
Espero a Mad, fuera del baño con una estúpida sonrisa en el rostro, pero ¿Que más podría hacer?. Ella solo me hace sonreír, es tan hermosa y maravillosa que es imposible no sentirse afortunado.
Inmediatamente pongo los ojos en blanco al percatarme de la silueta bronceada que se acerca hasta donde estoy ¡Joder, en que estaba pensando!.
La rubia viene con una cara de pocos amigos, se que está enfadada pero me importa una reverenda mierda.
—¿Que es lo que te sucede estupido?—. Escupe la rubia tan molesta que hace que me cause gracia.
¿En que momento me fijé en ella?, ¡Dios! ¡Es tan chillona que irrita!
Al principio era linda, gentil y tierna, pero luego se volvió tan pocesiva y celosa, y en realidad yo no estoy para esos trotes, la deje pero al parecer ella no quiere dar el brazo a torcer, sigue insistiendo en algo que terminó hace mucho, bueno almenos para mí.
—No tengo idea a qué te refieres, Rach—. Respondo desinteresado, y es que es verdad, no tengo intención de discutir con ella.
—Sabes a lo que me refiero—. Me espeta con mucha molestía,¡Ay no!.
— ¿Por qué carajos la traes?
— Te dije que traería a alguien, esta mañana, parece que no lo recuerdas.
— No seas estúpido, si que lo recuerdo, pero ¿Quien se cree que es para cantar en mi fiesta?—. Suelta, en serio que está muy enfadada.
—Sabes no me importa, además alguien tenía de brillar y bueno ella...
La rubia pega sus labios a los míos y me besa con mucha exigencia, metiendo su asquerosa lengua literalmente hasta mi garganta, no quiero hacerle daño ¡Pero joder está loca!. Escucho una voz que golpea mis oídos.
—¿Que demonios?—. Pronuncia la hermosa chica a mis espaldas, abro unos ojos como platos, inmediatamente empujó a la rubia lejos de mí y veo a mi chica que nos observa incrédula ante tal escena que tiene enfrente—¡Esto no debe estar pasando!— grito para mis adentros.
—No, mad Escu...—. me deja con la palabra en la boca, porque sin siquiera escucharme da media vuelta y se va, me vuelvo para mirar a la rubia que tiene una sonrisa arrogante en el rostro. —Eres una estúpida—ladro, antes de dar media vuelta y correr hacia la chica de ojos grises, atravieso un mar de personas hasta llegar a la puerta, veo la perfecta silueta de ésta, caminando velozmente , mientras atraviesa el césped y llegar a la acera.
—Mad, espera... necesito que me escuches—. Anuncio con mucha firmeza, la tomo del brazo, pero ella se deshace al instante de mi agarre, está llorando, ¡Dios no! Está llorando y es culpa mía.
—¡No, no te atrevas a tocarme!— Chilla la hermosa chica que tengo en frente— He visto lo suficiente, no me quieras ver la cara de estúpida.— Me informa con mucha molestia.
—Mad,no es lo que tú piensas yo...— trato de explicarle pero nuevamente me interrumpe, está demasiado molesta.
—¡Vete!— Grita entre sollozos, no la dejaré, es muy tarde y hace un poco de frío, pero al parecer a ella no le importa eso ahora—¡Que te largues!—. Vuelve a gritar molesta y lágrimas le salen de esos hermosos ojos grises pero a la vez azules, ¿Que he hecho?, soy un idiota!
—No, no dejaré que vayas sola a casa—. Le informo, por supuesto que no la dejaré, la he traído yo y sin importar lo molesta que este, la llevaré hasta la puerta de su casa.
—Quiero estar sola—. Me contradice.
Suelto un suspiro, se que está molesta y dolida, por lo cual no va a escucharme.
Entonces una idea se me viene a la cabeza, giro sobre mis talones y vuelvo hacia la casa por mi moto, subo en ella y paso por su lado, le doy una última mirada y acelero dejando a mi chica de ojos grises.
En realidad no me iré, solo dejaré que camine unas cuadras para despejar su mente, su casa está demasiado lejos de aquí.
Me detengo como a unas cinco cuadras, tardará menos de diez minutos en llegar, veo mi celular que marca las —22:30.— Contemplo un momento el cielo que tiene un color azul muy oscuro, hay estrellas en el, pero la luna está ausente está noche.
¡Dios! ¿Me perdonará por esto? En realidad no ha sido culpa mía, ha sido la rubia quien me ha besado, quiero explicarle todo, pero se que me costará mucho, sobre todo por la conversación que tuvimos cuando tan solo habíamos llegado a la fiesta.
Aquella rubia no significa nada para mí, en cambio ella... Ella lo es todo y debo hacérselo saber, de lo contrario no querrá verme la cara.
Ya han pasado más de 10 minutos y ella no ha pasado por aquí, ni siquiera he visto el auto de alguien o el de Christian asomarse, empiezo a entrar en preocupación, no puede haberle pasado nada, tal vez volvió a la casa y está con Sarah y Chris.
Marco de inmediato el número del rubio, suena unas cuantas veces hasta que por fin, se digna a contestar.
Chris
*Hola.
*¿Siguen en la fiesta?
*Si, ¿tu donde estás?
* Hemos salido y discutimos, Mad se ha molestado y se fue caminando.
*¿Qué?, ¿ Acaso estás demente? ¿Cómo has dejado que se vaya sola? —grita Chris, al otro lado del aparato, lo aparto un poco de mi oído ante su exigencia.
*Si, se que soy un idiota, en realidad la estoy esperando a sólo unas cuadras pero no ha pasado, pensé que se había regresado.
*No idiota, ella no está acá, búscala, en seguida te encontramos.
Corta la llamada, guardo el móvil en el bolsillo de mi jeans y rápidamente enciendo la moto. Avanzo unas cuadras.—¡¿Mad?!— Grito su nombre eufórico, no la veo por ningún lado.
Una parte de la calle no tiene luz y eso hace que me dé más temor.
Las luces del auto de Chris se acercan, alumbran la oscuridad de la calle... entonces el corazón se me detiene, veo un cuerpo yaciendo entre los arboles,—¡No, no, no, no!—. Susurro.
Brinco de la moto dejando que ésta se impacte con el pavimento, Chis y Sarah bajan del auto, mientras yo corro hacia los arboles.
Ya estoy al lado de mi chica.Quedó perplejo ante su estado.
—Mad, mírame ¡¿Quien te ha hecho esto?!—. Grito estupefacto, quien ha podido hacer algo así,¿Cómo pude dejarla sola?, ¡Dios!, ¿Que he hecho?.Tiene sangre, demasiada sangre sale de su cabeza, sus ojos permaneces cerrados, está inconciente, ¿Cuanto tiempo lleva aquí tirada?, ¡Dios, por favor!.
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¿POR QUÉ?
RandomLa vida no siempre es como nos la esperamos, aún cuando damos lo mejor de nosotros mismos para que nos trate con un poco de delicadeza... ¿Por qué? es lo que me pregunto a diario, antes de comenzar mi día. Y en algunos momentos no obtengo respuesta...