Madison.
—¿Quien eres?—. Mi voz se escucha como un eco, todo es oscuridad absoluta. —Oye... ¿Que haces aquí?.
—Madison, ¡Corre!—. Grita Simón a lo lejos.
No entiendo nada, ¿Por qué quiere que corra?. El está ahí, nada malo puede pasarme.
Un dolor fuerte y punzante se hace presente en mi cabeza; me quejo ante el dolor, llevo mi mano en dirección a este. —¿Sangre?... ¿Pero que... ¿Que es esto?.
Vuelvo a ver aquella silueta. —Ayudame—. Le suplico, no responde nada, solo me observa como si esto fuera un gran espectáculo.
De repente se viene contra mí, me sujeta con fuerza las muñecas.
—¡No!, ¡¿Que haces?!. ¡Sueltame!—. Grito con fuerza, pero solo me ignora.
Siento unas manos en mi boca, las cuales hacen presión. Hace que me asuste y grite con más fuerzas aunque es inútil.
—Eres hermosa, Madison.
—¡Noooo!, ¡No!, ¡No!—. Grito desesperada.
Me siento de golpe y me doy cuenta de que estoy en mi habitación, mi cuerpo tiembla, estoy sudando y me siento con fiebre, mi cabeza duele.
Mi madre entra en mi habitación y trata de tocarme —¡No!, ¡No me toques!.
—¡Cariño, que pasa!.
—¡No me toques, no me toques!. ¡Basta!—. Aprieto mi cabeza con frustración, aún puedo sentir esas manos. —¡Mamá, dile que no me toque!, ¡Ayudame!.
—Princesa, estás a salvo—. Me asegura mi padre, no, no estoy a salvo.
—¡No, no!. ¡No puedo!, ¡Basta!.
Escucho la voz de, Simón a lo lejos. Es igual a la pesadilla.
—¿Aún no despierto?.
—Princesa, estás a salvo, estás en casa.
Los ojos del castaño se clavan en los míos.
—Madd...
—Me dejaste sola... ¿Por qué no me ayudaste?.
—Madd... Lo siento...
—¡Me dejaste!, ¡Dijiste que cuidarías de mi!. ¡Eres un mentiroso!... ¡Me mentiste!; ¡Vete!.
—Nena...
—¡No!... Vete—. Pronuncio entre llantos, golpeo el pecho de Simón, me duele tanto.
—Madison... Por favor... Perdóname.
Las lágrimas no se detienen, Simón también está llorando, siento ganas de abrazarlo, pero me duele, me duele tanto, no es su culpa, es solo mía, soy una estúpida.
El trata de abrazarme.
—¡No!...¡No hagas eso!. No me toques—. Digo en un susurro. —Estoy sucia.
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¿POR QUÉ?
De TodoLa vida no siempre es como nos la esperamos, aún cuando damos lo mejor de nosotros mismos para que nos trate con un poco de delicadeza... ¿Por qué? es lo que me pregunto a diario, antes de comenzar mi día. Y en algunos momentos no obtengo respuesta...