Capítulo 22

2 1 0
                                    

Simón.

Decido irme solo ésta vez, y siendo sincero se siente tan diferente, su presencia es tan extrañable.

Pude ver claramente el dolor en sus ojos al pronunciar aquellas palabras que aún rondan en mi cabeza; asumo la responsabilidad por lo que le pasó, siempre la asumí, yo la dejé sola.

Hubiese dado lo que fuera para que ella no sufriera aquel suceso, me arde el pecho cada vez que pienso en eso, cada vez que imagino el dolor y la impotencia que sintió, el esfuerzo que hace cada día para levantarse y seguir.

Ella es valiente y audaz... En cambio yo, yo solo he huido y la he dejado sola todo este tiempo, he sido un completo cobarde, no soy capaz de mirarla a la cara después de que permitiera que ella pasará por algo así.

No pido su perdón, porque sé que no lo merezco, se que ella aún no está lista para hacerlo y menos ahora que ya ¿Hemos terminado?. Aún no entiendo si lo hemos hecho o no, estas últimas horas he asumido que sí, quiero hablar con ella pero se que se debe sentir culpable por lo que me ha dicho; pero la realidad es que no tiene porqué sentirse así.

En mi mente aún se proyectan todo de lo que debemos hablar, mientras camino en dirección a mi aula, veo bajar por las escaleras a Madison con un chico detrás de ella.

Nunca antes había visto a aquel chico así que me tomo la molestia de acercarme y preguntar quien es. Madison se ha ido al baño por cual no hay impedimentos.

—Hola—. Hablo, tratando de sonar amigable.

—Hola—. Responde con una sonrisa a medias.

—Eres nuevo, no te había visto antes—. Inicio, tratando de que no se sienta confundido.

—Ah, si, llegué hace unas semanas a Pittsburgh. Y hoy me incorporé aquí.

Vaya, se acaba de incorporar y ya se hizo amigo de mi novia, ¿Novia o ex novia?, Da igual, no puedo evitar no sentir celos.

—¡Vaya! Que bien. Espero verte en otro momento—. Y para finalizar la conversación, hago la pregunta más importante —¿Cual es tu nombre?

—Lucas. ¿Y tu eres...?

—Simon.

Dicho esto, doy media vuelta en dirección a mi aula, al parecer es compañero de Madison y Sarah.

Antes estábamos los cuatros juntos, Sarah, Madison, Christian y yo. Pero hace tres años nos separaron, ya que éste colegio es demasiado grande y hay demasiados estudiantes por lo cual lo dividieron en tres aulas, A, B y C.

Madison y Sarah están en el A, y Christian y yo en el B. Dejando a la Rubia de Rachelle en el C.

Recordar a Rachelle me revuelve el estómago, todo fue por asistir a su estúpida fiesta, pero no puedo simplemente echarle toda la culpa a ella, cuando todos sabemos que solo yo la tengo.

Trato de prestar atención a mis clases, pero me es imposible, es como si me alejara de mi realidad, tengo miedo de pasar por lo mismo otra ves.

Este dolor es igual al que sentí cuando murió mi padre, me siento vacío y solo a pesar de tener a muchos a mi alrededor, me siento igual de culpable como cuando el murió.

¿POR QUÉ?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora