Capítulo 10

6 4 5
                                    

Como todavía soy menor de edad la policía me hace preguntas en casa en presencia de mis padres.

- Me imagino que sepas porque estoy aquí -dice el detective frente al caso -,queremos hacerte varias preguntas sobre la muerte de Fatima.

- Lo sé -digo mirando al suelo.

- ¿Conocías a Fatima? ¿Fuiste a su fiesta de cumpleaños, cierto?

- Todos la conocían en la escuela. Sí, fui a la fiesta.

- Interrogamos también a un chico llamada San. Él dijo que estaba contigo, ¿es verdad?

-Sí. Estuve toda la noche con él.

Mi madre me mira sorprendida. Mi padre sólo me mira con asco.

- Estuve con él y regresé a mi casa por la mañana -dije mirando al detective.

- Pero también estuviste con Fatima, ¿no? Hubo testigos que vieron que fuiste a su cuarto. Más bien que tú la llevaste...

Me pongo nerviosa y pienso detenidamente lo que voy a decir a continuación.

- Es cierto, le dije que tenía que decirle algo pero nunca entré al cuarto con ella. Fatima estaba ocupada con otra cosa así que la dejé en paz. Después de eso no la vi más.

Es mejor decir eso. Es lo mejor...

Después de otras preguntas que respondo con frases simples la policía finalmente se retira.

¿Qué hago ahora? ¿Y si sospechan de mí?

..................

Un día después, por la tarde mi madre sale de compras y yo aprovechó para hablar con mi padre. Aunque es difícil ya que raramente nos dirigimos una palabra siquiera, necesito hacerlo.

Él está en su cuarto. Yo toco y entró sigilosamente.

-Padre, necesito hablar con usted.

Siempre tuve que dirigirme hacia él con el mayor respeto posible.

Me acerco a él quien estaba sentado en la cama contando una gran cantidad de dinero.

- Ahora estoy ocupado, ¿qué quieres? -siento algo de embriaguez en su voz. Seguro tomó todo el día.

Me arrodilló ante él.

- ¡Padre necesito su ayuda! Nunca le he pedido nada y he tratado siempre de no causarle problemas. Está vez debo hacer uso de que soy su hija para pedirle un favor.

Mi padre desde hace años ha mantenido una amistad con el jefe de policías de la zona.

- Padre, debo confesarle que yo fui la que mató a Fatima. No... fue mi intención, lo juro por usted. Fue un accidente. Si la policía me descubre acabaré en la cárcel. Su hija terminará en la cárcel. Ayúdeme, por favor -digo temblando y las lágrimas salen de mis ojos. Siento que me estoy humillando.

En respuesta sólo escucho una risa macabra y la actitud más descarada que he visto. Se supone que mi padre me tiene que proteger, en cambio se levanta y con expresión divertida pasa por mi lado rumbo a la puerta.

- Ahora me podré deshacer de tí entonces. Voy a la policía -dice mi supuesto padre.

¿Cómo puede ser? ¿Es que valgo menos que la mierda para él? Este cambio también fue por él. Para ser al fin su hija perfecta, reconocida y exitosa. ¿Ni así me acepta?

Algo se rompió dentro de mí. Supongo que la última pizca de humanidad y amor parental que me quedaba.

Me levanto lentamente del suelo.

Salgo por la puerta.

Mi padre camina dirigiéndose a la escalera para bajar y salir.

No puedo dejar que salga. Si lo hago acabará con mi vida.

Eso...yo debo acabar con él. Con esta escoria que me ha envenenado desde pequeña.

Ya no te tengo miedo y no me vas a dañar más de lo que has hecho, querido padre.

¡Sí! Acabaré con él.

Camino más de prisa.

Sonrió.

Me le acerco por detrás.

Me río con fuerza por el coraje que de pronto brota de mi interior.

Y...finalmente lo empujo.

Su cuerpo pierde el equilibrio y rueda por las escaleras hasta llegar al suelo y causar un fuerte estruendo.

Estoy en el segundo piso, viendo como su cuerpo pierde fuerza y en mí al contrario aumenta.

Debería haberlo hecho hace mucho tiempo.

Sólo siento un gran alivio en mi interior al deshacerme de él y no me fijo en lo que hay a varios pasos de distancia. O más bien, quién.

Mi madre estaba en la puerta, sus bolsas cayeron al suelo y ella trataba de ahogar un grito.

Al verla, yo bajo las escaleras hasta quedar frente a ella.

- Madre, ya me libré de está basura. Por mí y por tí. Podrás vivir tranquila y feliz -digo mirando el golpe que trató de ocultarse en el cuello -. Ya él no te hará más daño, ni a tí ni a mí.

Ella sólo me mira con miedo.

- Ah, una cosa más... Si por alguna casualidad le cuentas a alguien que fui yo, acabaré contigo también. ¿Entendiste? Es mejor que hagas como que no viste nada. Ten en cuenta que sólo eres la persona que me dio a luz. Sólo eso -miro el pedazo de carne que tengo detrás de mí-.  Ahora, hazme el favor y llama a la policía. Debemos informar del accidente que tuvo mi "amado padre".

Espero que les haya gustado. Como siempre los invito a que voten y que sigan la historia.
Se los agradecería inmensamente.💜

La verdad sale a la luz: "máscaras reveladas" {Tae} Terminada ✅✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora