─hola tía Hyo─ saludó Dongyoung ignorando que probablemente Jaehyun lo llamaría con el apodo mencionado
La mayor dio una sonrisa y su mirada ahora fue a parar en el chico que estaba al lado.
─oh! Es...un amigo? ─ preguntó a su sobrino y habló antes de que este respondiera ─es un honor conocerte, este chico no suele traer amigos, soy su tía como ya escuchaste
─un gusto, soy Jung Jaehyun, compañero de clase de Dongyoung ─ dijo aclarando para evitar "incomodar" al otro y haciendo una pequeña reverencia. ─mis padres me esperan en casa así que debo irme, te veo mañana Doyounggie.
Una vez se fue, Dongyoung miró a su tía como si le reclamara, esta solo se río.
─entonces, ¿por fin tienes un amigo? ─
─él mismo te dijo que es un compañero de clase, sabes muy bien que no tengo amigos. ─
Se adentraron en la casa y se sentaron en la mesa donde ya estaba listo el almuerzo.
─pasado mañana tengo otro vuelo─ avisó la mayor rompiendo el silencio
─oh...este será un mes muy ocupado para ti, ¿no es así? ─
─si, sabes que mi trabajo implica mucho tiempo, pero mientras este aquí puedes decirme lo que quieras─
─no hay nada de nuevo─ llevó una cucharada a su boca y se le vio pensativo ─¿cómo....está mi padre, sabes algo de él?
Dongyoung sabía que debía dejar de preguntar por su "padre" , después de todo, quizá él ya ni lo recordaba, pero el hecho de no tenerlo a su lado aún dolía y sentía la necesidad de saber aunque sea como les estaba yendo....sin él.
Vio a su tía negar.
─no se nada, y aunque lo supiera no te lo diría. Entiende que él decidió salir de tu vida, y no lo necesitas, estoy aquí pequeño, siempre estaré aquí. ─ dijo acariciando su mejilla
Dongyoung forzó una sonrisa y asintió. No era cierto, él sí lo necesitaba. Quería mucho a su tía y estaría infinitamente agradecido de que lo acogiera cuando era un niño de 13 años que fue menospreciado por su progenitor, pero aún deseaba que algún día volviera y lo amara como solía hacerlo...o al menos como lo fingía
Esa noche Dongyoung lloró otra vez, encerrado en el baño, con las manos en el lavabo y mirando su reflejo con odio. Pensaba que era su culpa haber sido abandonado y se sentía tan furioso que no sintió cuando sus dedos empezaron a resbalar de la cerámica para terminar contra su palma en donde sus uñas se encajaron lo suficientemente para dañarlo.
─yo no decidí ser asi─ susurraba apretando sus ojos para detener las lágrimas que salían sin control─ yo...no quería que esto pasara─ volvió su mirada al espejo con furia y gritó─ ¡Todo es tu maldita culpa!
Sus puños golpearon el cristal rompiendolo al instante logrando que pequeños trozos salpicaran y otros más grandes cayeran sobre el lavabo.
Su tía no tardó en aparecer completamente alterada al ver la sangre correr por el dorzo de las manos del menor. Corrió rápidamente por el botiquín pidiéndole que moje sus manos, pero Dongyoung no reaccionó, fue como si su rostro se hubiera congelado, ya no salía ningún sollozo. Recién cuando su tía empezó a colocar vendas en sus manos luego de limpiar los cortes logró salir de su trance.
Y lloró nuevamente...
La mayor envolvió sus brazos alrededor de él acariciando su espalda con suavidad y besando su cabeza mientras lo sentía aferrarse más a ella.
Esa noche no se separó de él, completamente preocupada lo vio dormirse en tan sólo un par de minutos luego de acomodarlo en la cama.