Capítulo 24: Doyoung Magno y la caída del Imperium.

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La noticia de que Ten y Chaeyong no estaban juntos había calado fuerte entre los compañeros de clase, que no sabían hacer otra cosa más que cuchichear sobre el impacto de la pareja y sobre cómo Ten, un Don Nadie, había acabado con la chica más popular del instituto.

Chaeyong parecía un alma en pena con la mirada perdida. Como si se hubiera echado unas cuantas gotas de belladona para que sus ojos le dijeran a todo el mundo constantemente que acababa de llorar.

—¡Au! —Dos chicos chocaron adrede con Ten por el pasillo del instituto y cuando el tailandés se giró para exigirles una disculpa, los dos lo miraron con recelo y se marcharon riéndose de él.

—Tú ni caso Ten. A saber qué rumores ha propagado esa Chaeyong con el fin de poner a todo el instituto de su parte... —Haseul y Ten llegaron al aula y, como era de esperar, las miradas de todos se posaron en ellos dos.

Chaeyong en su sitio habitual miró a Ten con melancolía y se centró en escribir en su cuaderno. A su alrededor, algunas chicas de clase le consolaban diciendo sin reparo alguno cosas cómo que Chaeyong se merecía mucho más, que no entendía cómo le había dejado por la creída de Haseul y más sandeces entre otras.

La profesora de historia apareció y todos se sentaron en sus asientos dejando a un lado el drama. Era el día de presentar los trabajos, y como era más que obvio, Haseul lo haría con Changkyun, no con Chaeyong.

Los alumnos fueron presentando por parejas poco a poco y cuando la maestra anunció la presentación del rey Sejong, Haseul, Changkyun y Chaeyong se levantaron. Los alumnos miraron extrañados a Changkyun que caminaba con la morena al centro de la clase y susurraban cotilleando por la tensión entre las dos chicas.

—Lee Chaeyong-ssi, —Habló la profesora. —Se me notificó que usted no había participado en el trabajo así que puede sentarse. —La castaña se quedó boquiabierta junto a su mesa mientras el zumbido del resto de jóvenes se hacía cada vez más molesto.

—¿C-cómo? ¿Qué no he participado? ¡Yo he hecho ese trabajo! —Protestó la chica. Kun, Hayoung y Ten miraron a Haseul y Changkyun preocupados, esperando que la farsa de Chaeyong no les fastidiara el trabajo; pero no se preocuparon al ver a los dos intentando ocultar una sonrisa sagaz.

—No señorita Lee. El trabajo ha sido realizado finalmente por los alumnos Na Haseul e Im Changkyun como se me notificó por correo. —La maestra miró a la castaña por encima de las gafas.

—¡No, no y no! ¡Ese es mi trabajo! ¡Yo hice la mitad!

—¡Oh, por favor! ¡Me dejaste plantada con todo el trabajo y decidí hacerlo con la única persona que no tenía pareja! —Como de costumbre, Haseul no supo mantenerse callada y al margen y se entrometió en la charla de Chaeyong y la profesora. Hayoung desde su asiento se golpeó la frente deseando que su amiga cerrara el pico y no metiese más la pata, preocupándose por las repercusiones que podía tener aquella discusión en la nota final de su trabajo.

—¡Qué mentirosa! —Lloriqueó Chaeyong. —¡¿No sabes dejar al lado nuestras diferencias porque he salido con tu mejor amigo y ahora lo has puesto en mi contra?! ¡¿Cuál es tu problema conmigo?!

—¡Tú eres la que no deja el maldito tema! ¡Supéralo Chaeyong! —Espetó enfadada Haseul ignorando las llamadas de atención de la profesora para las dos. —¡Ya era hora de que se te cayera la máscara! ¡Eres una falsa y has mentido a más de un compañero de clase para que te haga el trabajo! No eres la estudiante perfecta que todos creen, Lee Chaeyong.

—¡Na Haseul! ¡Lee Chaeyong! —La profesora dio un golpe en la mesa y la clase se mantuvo en completo silencio. —¡Dejen sus peleas personales fuera de mi clase! —Su voz sonó tan fuerte y temblorosa que no hubo persona en el aula que no se hubiera intimidado bajo aquella cara de la profesora de historia. —Lee Chaeyong-ssi, si ha hecho el trabajo, estoy segura de que podrá enviarme una copia ¿no?. Sé que la narración en el trabajo que he corregido ha sido de la señorita Na, pero no encuentro rastros de la suya Lee Chaeyong-ssi. —La castaña bajó la cabeza avergonzada y volvieron los cuchicheos. —¡Silencio! —Otro golpe en la mesa. —Na Haseul, Im Changkyun; no realizarán su presentación por el comportamiento de hoy y se quedarán con la mitad de la nota del trabajo escrito, regresen a sus sitios. —Ni Haseul ni Changkyun se vieron en la posición de responder a la maestra y, asintiendo con educación, regresaron en silencio a sentarse con sus amigos.

Ten miró a Haseul preocupado, pero ella no le devolvió la mirada. La maestra dio la clase por finalizada antes de tiempo y salió de ahí directa a dirección para poner una amonestación a las dos chicas.

En cuanto desapareció por la puerta del aula, todos los alumnos señalaron a Chaeyong incrédulos por todo lo que se había destapado en ese momento.

—¡Tú! —Una enfurecida Chaeyong se había levantado y caminaba hacia Haseul decidida. Ten, leyendo sus intenciones, se levantó y la detuvo antes de que llegase a donde estaba su novia.

—¡Eh, eh! ¡Relax!

—¡Suéltame! ¡Tú, Na Haseul! —Trató de esquivar a Ten, pero el chico la sostuvo de los hombros con la ayuda de Kun, que asustado intervino para relajar a la castaña. —¡Qué me soltéis extranjeros de mierda!

—¡Chaeyong! —Todos, incluso Ten y Kun que habían aflojado su agarre por el comentario de la chica, se giraron perplejos al oír al delegado de pie. Era poco común que Kim Doyoung hablase para algo que no fuera anunciar las decisiones de la junta directiva o del comité de estudiantes, y por ello toda la clase se centró en el discurso del chico moreno. —Madura y no excuses en tu comportamiento infantil comentarios xenófobos hacia Kun y Ten. Acepta de una vez que por fin tu maldito imperio a caído. Na Haseul lleva razón en todo lo que dice. Siempre te has mostrado facha, con esa personalidad de chica brillante, pero eres fría y egoísta aprovechándote de tus compañeros. —Ten y Kun dejaron de sujetarla, hasta la propia Chaeyong había quedado enfrascada en Doyoung y sus palabras. —Hasta a mí has tratado de acercarte para conseguir que te hiciera todos los trabajos del instituto. Somos mayores todos Chaeyong-ssi, y juzgaremos nosotros mismos, pero compórtate educadamente por primera vez en tu vida.

El aula se mantuvo en silencio y en menos de tres segundos, todos volvieron a sentarse y no hablar con nadie más que su compañero.

Como había dejado claro el delegado; el imperio de Lee Chaeyong en ese instituto había caído.

Manual de Lee Chaeyong |Ten; NCT|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora