Los dos estaban sentados en el sofá que había dentro de la habitación en la que Jaemin dormía. Sus padres habían vuelto a casa a recoger algunas cosas de su hijo para aquellos días que aún le quedaban en aquella inmaculada habitación de hospital.
Jaemin comenzaba a abrir los ojos, aún bastante adormilado tras la larga operación. Lo primero que vio fue la cara de preocupación de su hermana mayor sobre el hombro de su mejor amigo.
Sentía un hormigueo en todas sus extremidades y le costaba coger aire como de costumbre. Movió sus acalambrados dedos y carraspeó. Haseul al escucharlo se levantó y se puso de pie al lado de la camilla.
—Hola Jaemin. Esto es un simulador. Has muerto y ahora vas a vivir tu segunda vida. —Comenzó a decir la morena. —Elige en qué quieres reencarnarte: Una rata, un hurón o una cucaracha.
—¡Haseul! —Ten se levantó del sofá y caminó hacia su lado. —No le digas esas cosas al pobre, acaba de despertarse. —Jaemin se rio pero se detuvo enseguida cuando notó aquel terrible dolor a lo largo de todo su torso.
—Cuéntanos que te pasó en realidad Nana. —Dijo Haseul más sería. —¿Cuatro hombres te han dado una paliza? ¿Es por lo de... ya sabes, lo de Taeyong? —Jaemin asintió y se dispuso a hablar, pero miró a Ten de reojo, no estaba seguro de hablar de todo aquello delante de él. Haseul leyendo sus expresiones habló: —Se lo he contado todo. Dime qué te paso. —El chico suspiró y habló.
—Eran los mismos hombres de la otra vez. Los que no pagaron. —Explicó. Haseul le miró con el ceño fruncido.
—¿No eran tres? El informe dice que fueron cuatro personas. ¿Había alguien más involucrado? ¿Era Taeyong?
—Ya vuelves con las mil preguntas noona. —Le reprochó. —Sí, había un cuarto chico. Mucho más joven, como de vuestra edad... no sé, no puedo recordarlo bien.
—¿No era Taeyong? —Preguntó ahora Ten. Jaemin negó.
—No... Taeyong hyung no me pegaría, no era él, pero se parecía bastante... —Haseul suspiró incrédula.
—¿Qué no te pegaría? ¡Jaemin, fue él el que te metió en esta mierda! ¡Estás así por él! ¿Por qué lo excusas? —Dijo exaltada.
—¡Yo que sé noona! —Gritó Jaemin. Se arrepintió al instante cuando le dolió todo el cuerpo. —No lo sé, pero no era él, ¿vale? Taeyong no es malo, no sé, él... no haría nada.
—Estás loco. No vuelvas a relacionarte con ningún Lee que no sea Jeno, ¿entiendes? —Haseul le llamó la atención. Jaemin asintió levemente tragándose el sermón. —Es que de verdad, que te juro por Zeus que como vuelvas a meterte en un lio así voy corriendo a la policía. No voy a encubrirte nunca más nada. —Le miró seria. —Nos vana a acabar dando un ticket vip del hospital, ¡siempre estoy aquí contigo!
—Lo se noona... Y te pido perdón otra vez, sé que no tendría que haberlo hecho. —Habló el pequeño arrepentido. —No volveré a tener ningún tipo de relación con Taeyong, Chaeyong y todo lo que tenga que ver con ese mundo. ¡Y me apuntaré a taekwondo cuando me recupere! —Anunció. El rostro de Haseul cambió. Era su momento de hacerle pagar a Jaemin aquella preocupación excesiva de los últimos días.
—Nana... Lo del taekwondo... El médico ha dicho que te acostumbrarás a no tener pierna, pero que hasta entonces sentirás como que aún la tienes. —La chica mantuvo la cara sería. —De hecho, puedes sentir dolor en ella, pero no la tienes. Tu prótesis llegará en un par de meses. —Trató de mantener el semblante serio, conteniendo sus ganas de reírse al ver la cara de preocupación que tenía Jaemin. —Hubo dificultades en la operación y... —Ten a su lado suspiró mientras negaba con la cabeza y le dio un golpe a Haseul en el hombro.
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Manual de Lee Chaeyong |Ten; NCT|
FanfictionLee Chaeyong es una chica popular que tiene un secreto: escribe un manual sobre sí misma completamente detallado en el que apunta todo tipo de cosas; como qué tipo de chico le gusta, qué cosas le atraen, sus manías, defectos, fantasías y sueños; así...