Capítulo 22: Fantasía.

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Haseul entró molesta en la tienda de conveniencia con Ten en los talones y fue directa a la parte de cosmética.

—¿En serio no vas a decir la pregunta? —No miró a Ten mientras hablaba, leía con atención las etiquetas de los productos enfrente suyo.

—¡No! Así que escoge bien. —El chico se cruzó de brazos.

Ten y Haseul habían tenido que ir a la tienda de conveniencia de al lado para comprar lo necesario para el reto al que se enfrentaría Ten por no querer desvelar la pregunta.

—A mi ni me mires después de esta tarde payaso, vas a parecer el circo entero. —Haseul tomó uno de los botes que tenía delante y o leyó.

—Anda... No digas eso... —La morena se sorprendió al sentir a Ten abrazándola por la cintura desde atrás y apoyando su barbilla en su hombro. —Venga, convence a Hayoung y no os paséis... Así no pareceré un payaso. —Haseul se concentró en evitar que le temblasen más las piernas y sacudió la cabeza.

No, Ten la conocía bien, no podía derrumbarse por unos ojos bonitos y carantoñas inesperadas. Haseul siempre tenía que llevar el mando y se negaba a ceder ante Ten.

—No voy a caer Chittaphon. —Dijo manteniéndose sería. El día de mañana sería una gran actriz.

—Uy "Chittaphon" ... —Ten la soltó. —Qué seria, anda, vamos... No quiero que mañana hablen de mi por eso...

—No, no. Un trato es un trato y así son las reglas del juego. Si no dices la pregunta, apechugas con el reto. —Haseul volvió a ignorarlo. —¿Elige, el rojo, el amarillo o el verde? —Sostuvo los productos delante del chico pero se cayeron todos al suelo cuando Ten le tomó de las argollas de su pantalón y la atrajo hacia su pecho.

—¡Ten! —Chilló sorprendida.

—Venga Hal... Hazlo por mí... —Susurró en el oído de la chica. Haseul se agarró a los brazos de Ten mientras sentía como la nariz de su amigo acariciaba su cuello. Sabía que estaba completamente sonrojada, pero tenía que mantener las formas.

—¡En la tienda no, gilipollas! —Haseul le pegó en el pecho llamándole la atención pero Ten dejó besos bajo su oreja que solo ayudaban a revolucionarla más.

—¿Todo bien? ¿Necesitan ayuda? —Se escuchó la voz del dependiente de la tienda y Haseul empujó a Ten lo más rápida que pudo para agacharse a recoger los paquetes que se le habían caído al suelo.

—Sí, sí, gracias. —Le hizo una reverencia al dependiente muriendo de vergüenza por dentro y cuando el señor desapareció de nuevo por los pasillos. —¡Ya te vale, payaso! —Le reprochó a Ten que se reía delante suyo. —Y por cierto, ¡qué asco! —Sacudió la cabeza intentando olvidarse de lo que había pasado para evitar sonrojarse de nuevo y tomó el bote rojo.

—¿Asco? —Ten le miró frunciendo el ceño. —¿No te gustaba? ¿Eh? —Cruzó los brazos y la miró algo dolido. Haseul se mordió el interior de las mejillas, a lo mejor se había pasado un poco con él ahora que lo pensaba.

—Rojo entonces.

Centró su vista en el bote entre sus manos y caminó hacia la caja. Maldecía su orgullo porque no había cosa que le costase más que pedir perdón cuando sabía perfectamente que la había cagado.

Pagó y salió de la tienda con su bolsa. Sabía que Ten le seguía y cada segundo que pasaba y no se disculpaba con él le comía por dentro.

Espero delante de la puerta a que Ten llegase a su altura y los dos caminaron de vuelta a casa de Haseul donde les esperaban el resto de sus amigos. La morena jugueteó con la bolsa de plástico deseosa de tragarse aquel orgullo asfixiante y hablar con Ten.

Rozó su mano con la de el chico que caminaba a su lado y quiso tomarla, pero Ten levantó el brazo y señaló la casa de Haseul.

—Venga, ya estamos. Acabemos con el estúpido reto pronto. —Haseul se mordió la lengua. ¡Ahora Ten estaba mosqueado con ella! Se detuvo en medio del camino y lo llamo, era ahora o nunca.

—Ten espera. —El chico se giró para verla. —Es que no quería decir que me dieras asco, dios, ¡cómo iba a decir eso! —Jugueteó crujiéndose los dedos una y otra vez sin levantar la mirada, temerosa de que Ten le viese la cara en ese momento. —Claro que me gustas pero... Es que todo esto se me hace raro y nuevo y... ¡no me malinterpretes! —Levantó la cabeza y miró a Ten que se mordía los labios con las manos en los bolsillos. —Es nuevo, sí, ¡pero me gusta! ¡me encanta! Es que... bueno... ¡ya sabes! —Haseul se acercó a Ten. —¡Ya sabes como me pongo a veces! Soy un poquito "insoportable" con estas cosas y... —Tragó saliva mientras Ten la escuchaba atento. —Que me gustas un montón, joder Ten, cómo me vas a dar asco si me tienes loca; lo que pasa es que no sé qué hacer y...

—¡Ay, Na Haseul! ¡Tú y tu maldito orgullo! —Ten le alborotó el pelo y la acercó para estrecharla entre los brazos. —¿Qué voy a hacer contigo, eh? —Haseul soltó una risita agradecida de que Ten la entendiera tan bien.

—¿Ves? —Haseul le rodeó con los brazos. —¿Cómo iban a darme asco tu nariz por mi cuello y esa voz que has puesto antes si me temblaban las rodillas? ¡Dios, Ten! —Le sostuvo la cara con las dos manos y dejó un sonoro beso en su mejilla. —¡Cómo te quiero! —El chico se acercó peligrosamente a sus labios y comenzó a besarla aprovechando que nadie los vería.

—Y yo a ti... Pero anda, bájame el reto... convence a Hayoung... —Poniendo morritos, Ten volvió a intentar suplicarle a Haseul.

—Ah, no, no. ¡Dime la pregunta o te quedas sin cejas! —Ten suspiró. —Tú mismo, ¿qué te ha dicho Changkyun?

—Pues... Me ha preguntado... que si había soñado alguna vez con alguno. —Se rascó la nuca nerviosa.

—Venga, la verdad. A mí no me mientes. —Exigió Haseul. —No te pondrías así por eso, yo he soñado con todos vosotros. ¿Qué era? ¡Prometo no decírselo a nadie! ¡Ni a Hayoung!

—¡Oh claro que se lo dirás!

—¡Qué no, qué no! ¡Te lo super prometo! —Haseul juntó las palmas de sus manos.

—Super super prométemelo, ¿eh? —La morena asintió. —Y convences a Hayoung para que no me afeite las cejas.

—¡Hecho! ¡Venga, ¿qué era?!

—Me... Me había preguntado que con quién había... Tenido... —Murmuró las últimas palabras y Haseul no pudo entenderle.

—¡Ey, no, vamos! ¡Dímelo bien! Con quién habías tenido ¿qué?

—Fantasías... ¡Fantasías sexuales! —Haseul se llevó la mano en la que tenía la bolsa a la mano mientras estallaba en carcajadas. —¡Dios Haseul, no te rías qué vergüenza! —Empujó a la morena que continuaba riéndose.

—¿Por esa mierda ibas a dejar que te tiñera de verde y Hayoung te afeitara las cejas? ¿De verdad Ten? —Dijo entre risas.

—¡Es bastante comprometido! —Ten se comenzaba a poner colorado y a Haseul le hacía aún más gracia.

—Dios que patético, ¡todos ahí hemos fantaseado con alguien!

—Ya, pero no con tu mejor amiga. —Ten se frotó los ojos avergonzado.

—¿Cómo que no? Hayoung y Kun seguro y... bueno yo sí que he fantaseado con mi mejor amigo. —Se miró las uñas haciéndose la interesante.

—¿Desde cuándo? ¿Qué fantaseabas? —Ten le miró sonriéndole.

—¿Desde cuándo lo hacías tú? ¡No es un misterio que tú me gustases pero... Tú siempre estabas "Chaeyong esto, Chaeyong lo otro", ¿y ahora me vienes con que tenías sueños de adolescente puberto conmigo? —Preguntó Haseul.

—¡F-Fue puntual! ¡Vamos a casa, que se hace tarde y nos esperan! Además, tienes que teñirme la cabeza de rojo.

Manual de Lee Chaeyong |Ten; NCT|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora