Capítulo 4; Harry

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Far; Capítulo 4; Harry

        A veces Harry se despierta en una habitación oscura, cubierto por una fina capa de sudor como si fuera el rocío de los prados. A veces Harry se despierta con un grito bloqueado en su garganta, amenazando con rasgar su camino para salir al estancado aire. A veces Harry despierta de sus pesadillas y llora con alivio por seguir vivo.

Para ser honestos, 'a veces' significa 'a diario'.

La mayoría de las noches, Harry sueña con la muerte.

La vida de Harry es una herida profunda - no cicatriza fácilmente. Cuida mucho de sí mismo, y acude a los analgésicos, a los vendajes, al descanso y a la fuerza hasta que puede restaurar la normalidad. Y todo eso lo hace él solo.

Su vida es una constante repetición de enmascarar sus sentimientos, embotellándolos hasta el final del día, que es cuando es capaz de sentarse en el sofá a llorar sus sentimientos entre los almohadones. Y cuando levanta su cabeza, sus mejillas usualmente rojizas y manchadas de lágrimas, encuentra un cielo repleto de un atardecer mirándolo fijamente, con pinceladas de naranja y rosa que pintan el cielo anunciando la llegada de la noche.

Es algo divertido, piensa Harry, cómo la depresión se las arregla para continuar arrastrándose hacia él, da igual el lugar en el que se encuentre. A veces lo derribaría en el trabajo, y de repente, ayudaría a las personas más lentamente, y dejaría su cabeza caer, permitiendo que sus rizos escondieras sus ojos cristalizados. Él piensa que tiene suerte, nadie lo descubrió aún.

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"¿Necesita ayuda?" Es una tarde solitaria. Harry pregunta mientras retira sus rizos chocolates de su rostro, mirando tímidamente al cliente que tenía frente a él, una agradable mujer rubia a la que el pelo le alcanzaba la cintura.

"Por el momento estoy bien, gracias." La joven mujer responde, buscando afanosamente en su bolso su cartera mientras que Harry mete amablemente su libro en una bolsa. "¿Admiten cheques? Perdón, parece que mis billetes y monedas desaparecieron."

"Claro, los cheques están bien." Harry sonríe a la muchacha que hace un pequeño gesto de alivio. Harry recorre con los dedos la caja registradora, y mira hacia los paneles situados al otro lado de la habitación. La lluvia golpea el cristal, y llena el silencioso espacio de la vieja librería, con su repiqueteo suave.

"Aquí tiene" El trance y la larga mirada de Harry se ven interrumpidos por la calidez de la mano de la joven, quien alarga el cheque y seguidamente introduce su chequera de vuelta al bolso.

"¡Muchísimas gracias, vuelva cuando desee!" El ojiverde se despide a la vez que le entrega el recibo a la rubia. Ella asiente y agarra su bolso antes de salir precipitadamente de la tienda, dejando el sonido de la campanita de la puerta como señal de que alguna vez estuvo allá.

La sonrisa de Harry desaparece y se vuelve a hundir en el asiento de la caja. Sus dedos ya empezaron a temblar de nuevo, y echa una mirada al reloj. 6PM. Harry suspira ante esto.

6PM es cuando el inagotable río de gente que entra a la tienda lentamente para, y es la hora en la que Harry, agradecido, puede girar el cartel a 'cerrado' y quedarse en la librería solo. El rizado hace eso mismo, como todas las tardes. Una vez que termina, se para a mirar las interminables filas de libros que llenan las estanterías, que piden a gritos ser leídos. Vuelve sobre sus pasos a la caja a por su bolsa.

"¿Ya te vas, Styles?" Dice una chica que levanta la vista de su registro. Su nombre es Maribel, y a Harry le recuerda al verano y al amor. Su cabello es de un color rosa oscuro, y lleva la mitad de la cabeza afeitada. Se viste únicamente con vestidos de flores y botas militares, y pinta sus uñas de un color diferente cada día. 

"Sip. Cogeré unos libros antes de irme, ¿está bien?"

"Me parece bien. Simplemente intenta que el jefe no te pille." Maribel ríe estruendosamente, y bebe un poco de su café frío de la mañana. Harry hace una mueca de asco.

Lanza su bolsa en una mesa vacía (todas las mesas estan vacías), y se enfrenta a una fila de libros. Su mano navega por los lomos de cada uno de ellos, mientras lee rápidamente los títulos de éstos. Elige los libros más viejos y leídos, son sus favoritos. La librería contiene exclusivamente libros usados, y eso es lo que hace que Harry se quede un poco más en aquel lugar y leer todos los que pueda. Todos los libros contienen una historia fuera de su portada.

Y Harry ama eso.

Llena sus brazos con los libros escogidos al azar de los estantes. Con cinco libros pegados a sus brazos precariamente vuelve a la mesa vacía donde se encuentra su bolsa. Lanza una media sonrisa a Maribel, que sigue bebiendo de su café, y sonriendo a algo en la pantalla de su teléfono. La despistada muchacha agita la mano sin atención al rizado.

"Hasta mañana."

Harry empuja la puerta hasta quedar abierta, haciendo una mueca cuando el gélido aire traspasa su rostro. Recarga la bolsa en su hombro antes de despedir a Maribel con la mano, y antes de salir velozmente en busca de su bloque de departamentos. La lluvia cae sobre su abrigo, y envía gotas a sus ojos, pero eso no dificulta el camino de regreso.

Su respiración sale de sus labios en forma de olas de humo y siente como su pecho se aprieta. Su estómago ruge, el cuerpo de Harry tiembla de hambre. Suspirando, el chico gira en dirección a otra calle, en busca de algun lugar donde poder comer y tal vez leer los libros aún apilados bajo sus brazos.

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Cuando Harry se escabulle de nuevo a su apartamento, es más de medianoche, y ya está temiendo al trabajo, el cual debe comenzar dentro de unas horas. Se maldice a sí mismo por quedarse hasta tan tarde fuera. Se sumergió tanto entre las amarillentas páginas de los libros, que si no hubiera levantado la cabeza cuando lo hizo, no hubiera notado que el sol había desaparecido por el horizonte.

Resoplando, tira su bolsa en la entrada del departamento, avanza penosamente hasta la cocina y a regañadientes se traga las dos pastillas preescritas. Una vez finalizado, arrastra su débil cuerpo hasta su habitación. Cuando se quita los zapatos, y al fin colapsa en su cama, la miseria lo invade interiormente. Lentamente lo incita a la tristeza, lo carcome y crece y crece, hasta que calientes lágrimas salen de los ojos de Harry. 

Harry esconde la cara en la almohada, enterrándose a si mismo entre mantas, en esperanzas de desaparecer para siempre.

Y como hizo la noche anterior, y la anterior, y la anterior, Harry llora para sí hasta que el pesado sueño lo traslada a la inconsciencia.

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Bueno, este capítulo no es la gran cosa, pero tengo que traducirlo para que entiendan la historia. Les prometo que dentro de poco comienza lo interesante! :D 

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Far // hs. + lt. - [Traducción]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora