Si decido quedarme #1.5 𝓢𝓪𝓰𝓪 𝓢𝓮𝓷̃𝓸𝓻

Quince

— Paul...

El hombre pelinegro estaba sentado en la sala de enfermería con una manta de color celeste entre sus manos.

— Paul...

— se fue Matthew.

El hombre elevó la cabeza y en su mirada lo único que se veía era dolor. Un dolor que el no podía llegar a explicar

— Se fue y ahora la que lo cuida es ella. Pero soy egoísta. No quería que estuviera con Pilar.

Él llevaba una ropa negra, y un morado en su mejilla mientras Matt notaba que sus manos estaban lastimadas apretando cada vez más la mantita

— ¿puedo...?

El pelinegro no dijo nada solo siguió mirando esa pequeña mantita y sus lágrimas caían sin el hacer un esfuerzo por quitarlas.

Solo dejaba que caigan

— mi pequeñín... mi hijo.

Matthew no sabía que decir, nada de lo que él diga iba a poder traer de nuevo a Shaw.

Nada.

— Si sigues llorando te quedarás sin lágrimas

Will entró caminando hacia ellos mirándolos fijamente.

— Oye no es...

— cállate Matthew, tu no entiendes lo que es perder un niño.

El castaño se extraño y lo miro sin expresiones mientras el pelinegro se trago el nudo que sentía y se levantó de golpe con ira.

Al estar frente a Will su rostro era un conjunto de emociones.

— ¿Y acaso tú si entiendes de eso?

Will los miró fijamente y murmuró sin expresiones.

— si.

Ambos se tensaron y Will sintió un peso horrible en su pecho.

— antes de que muera mi esposa... ella me había dicho que esperaba un bebé.

Will habia superado aquello por qué su Evangeline sufria demasiado pero todo se fue por la borda cuando murió.

Él sufrió mucho tiempo.

Y aún lo seguía haciendo

— te entiendo, Paul. Yo te entiendo

(*)

— ¿lo enterrará?

— Si, los padres de Pilar piensan que su hija debe estar com su nieto. Y Paul está de acuerdo con eso.

Matthew sabía que aunque Will haya hablado con el, su amigo aún estaba muy adolorido por la reciente muerte de la mujer que amo toda su vida y su único hijo.

— ¿tú qué piensas?

El hombre en traje sonrio mientras acosaba su corbata

— Paul sabrá cómo manejarlo.

Eso era algo que debía esperar.

Pero como dice el dicho lo que mal comienza, mal acaba.